Mostrar una sonrisa valiente en todas las circunstancias, expresar alegría o enfado con moderación, poner razón antes que emoción … El psicoterapeuta Catalina Aimelet-Périssol descifra algunas manifestaciones de control emocional y da las claves para aprender a inhibiciones elevación de uno.
Muchas personas en consulta me comentan que les gustaría ser más espontáneas, un poco más abiertas, llegar a los demás con mayor facilidad, hablar de cualquier cosa, “dejar fluir” a veces. A pesar de que están convencidos que el autocontrol y el control de las propias emociones es la base sobre la cual se deben construir todas las relaciones, desearían ser más apasionados y espontáneos.
El control emocional es, la mayoría de las veces, el fruto de una construcción inconsciente, formada por los primeros intercambios emocionales y por la cultura de la familia. Frente a los padres que tienen este control como un principio educativo y cultural importante, o que son incapaces de expresar sus emociones, el individuo se construye a partir de la adopción de estas posturas, ya sea como modelo o como un contramodelo.
A pesar de la difusión y la normalización social del discurso de las emociones y la inteligencia emocional, muchos padres no saben cómo manejar las de sus hijos. Debido a que no saben cómo hacer frente a los suyas propias. Por tanto, el niño va a sentir miedo, ira, frustración ,tristeza, etc, pero va a reprimir la emoción, desconectándose de su mundo interno. Esto dificulta que pueda tener acceso a su propio sentir y que no pueda desarrollar inteligencia emocional y social a nivel óptimo
https://www.youtube.com/watch?v=QDONgD3GVvc.
Emociones complejas
La emoción involucra tanto el cuerpo como la mente, ya que es a la vez una información biológica y psicológica.
Una emoción se activa en el presente por un evento cuando es leído por nuestra memoria a la luz de un evento similar o cercano en el pasado. Se nos informa, independientemente de cualquier voluntad consciente, de nuestra vulnerabilidad. Debido a que la emoción está reproduciendo algo íntimo del pasado, la emoción es siempre una perturbación, una desestabilización. Frente a la emoción, la persona controladora o inhibida se siente amenazada, tiene el miedo inconsciente de ser abrumado, invadido y, al final, tragado por la emoción. ¡Es por eso que incluso odia sorpresas agradables! Obviamente, el impacto es más fuerte cuando el evento desencadenante es negativo: una situación de vergüenza, incomodidad, dolor o trauma – que, en algunos casos, puede ser el resultado origen de un bloqueo emocional . El individuo, para defenderse contra la emoción, se evade a sí mismo de lo que siente como una gran amenaza. Escapa. Su comportamiento se puede confundir fácilmente, y erróneamente, como indiferencia o frialdad emocional.
Emociones, expresión de una necesidad vital
La persona inhibida lucha contra las lágrimas o los impulsos, huye demasiado de la intimidad emocional o física, desconfía del deseo… El control emocional siempre implica represión, racionalización. Esta economía psíquica es comparable a la apnea del buceador. Fatal cuando dura demasiado.
El controlador no sabe que no se puede controlar una emoción, no puede actuar para evitar que suceda; al empujarla hacia atrás, elige mantener el lío que la emoción causa dentro, en lugar de expulsarla, expresando su enojo o su alegría, por ejemplo.
Elige mantener el lío que la emoción causa dentro, en lugar de expulsarla, expresando su enojo o su alegría, por ejemplo.
¿El precio de esta represión? Exorbitante, ya que se paga en tensión interior permanente, en soledad emocional real o sentida, en ausencia de relaciones auténticas con los demás y en desconocimiento de uno mismo. Porque toda emoción expresa una necesidad vital, es clave para entender lo que está pasando en nosotros.
Liberando gradualmente el lastre los controladores no solo se darán cuenta de que no están arriesgando nada, sino que también se librarán de parte de su sentimiento de inseguridad.
Ejercicios para hacer
Respira bien
Un consejo básico pero imprescindible, porque se trata de enviar a nuestro cerebro reptil el mensaje de que sabemos afrontar la situación que nos mueve. Inhala tres veces y luego exhala cuatro. Repetir hasta que sienta la caída de presión.
Dar la bienvenida a tus sentimientos
Para dominar tus emociones, debes comenzar por sentirlas y nombrarlas. Llegar a decirse a sí mismo: “Estoy muy triste / muy decepcionado / muy preocupado” y escuchar tus sentimientos es el primer paso hacia la liberación emocional. Nuestro cerebro registra nuestras reacciones y las memoriza. Así, a lo largo de los experimentos, enviará mensajes cada vez menos violentos al cuerpo, lo que reducirá aún más nuestros reflejos defensivos.
Preguntarse
El control emocional tiene un costo, preguntarse por su alcance permite dejar de verlo como una “defensa buena”. Algunas preguntas que puedes hacerte: ¿la gente realmente me conoce? ¿Estoy en intimidad emocional con mis seres queridos? ¿Qué podría ganar entregando más? ¿El control realmente me salva de la pérdida?
Autora: Lucia Rodríguez Brines
Apasionada e investigadora de la mente humana. Respeto el sufrimiento humano y procuro ayudar a disminuirlo. Convencida, como psicóloga y como meditadora, de que existe un proceso de evolución de la psique del ser humano. Cómplice del desarrollo de conciencia y valores humanos.
Si estás interesad@ en conocer nuestros servicios de psicología y mindfulness, puedes escribirme a info@psitam.com y estaré encantada de atenderte.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!