Tres ejercicios de meditación para niños

Aprende a calmarte. Reconoce las emociones negativas, como el estrés o la ira, que pueden originar miedo. Concentrarse para aprender mejor. Esto es lo que ofrece el método de meditación de atención plena para niños y adolescentes

Y aquí hay tres ejercicios adecuados para niños a partir de 7 años.

Clima interior para conectarte contigo mism@

A menudo es el primer ejercicio en una sesión de meditación para niños, pero también se puede hacer de forma aislada en cualquier lugar y en cualquier momento.

Pregúntale a tu hijo: “¿Qué tiempo hace dentro de ti?”

Debido a que pasamos nuestro tiempo hablando y hablando con ellos sobre la lluvia y el buen clima, las nubes, el viento, la temperatura y cómo nos sentimos al respecto, los niños no tienen dificultad para encontrar palabras relacionadas con el clima para describir cómo se sienten emocionalmente. Ya sea para traducir una emoción, un pensamiento o una sensación física.

Ejercicio del árbol para realinear y aterrizar

Pídele a tu hijo que imagine que es un árbol.

Se pone de pie, con los ojos cerrados y siente que sus pies, bien colocados paralelos al suelo, se hunden mucho. Como raíces se anclan muy profundamente en el suelo, por lo que se siente firmemente apegado. Luego, muy lentamente, levanta los brazos por encima de la cabeza y se estira muy fuerte, muy lejos, como si sus brazos fueran las ramas de este árbol que intenta tomar el sol. Entonces, pídele que sienta todo lo que sucede en su cuerpo, desde las puntas de los dedos hasta el cielo, hasta las puntas de los pies en el suelo.

Este ejercicio le permite al niño realinearse, enderezarse, tener la impresión de ocupar todo el espacio y así sentirse más fuerte, más majestuoso. Bien anclado en el suelo, hace una pausa y sale más seguro.

La pequeña hormiga para sentir y relajarse

Este ejercicio es la adaptación del “escáner corporal” que también se practica en meditación con adultos. Contrariamente a la creencia popular, no es en absoluto un ejercicio de relajación o relajación, sino un entrenamiento para descifrar nuestras sensaciones. Se entrena para convertirse en un experto en su cuerpo.

Dile a tu hijo que se acueste cómodamente y cuéntale la historia de la pequeña hormiga.

Tienes que establecer el tono y todos los detalles. Insiste bien en todos los adjetivos calificativos relacionados con los cinco sentidos.

Así que esta es la historia de una hormiga pequeña que comienza a trepar en el dedo gordo del pie, el dedo gordo del pie, uy, le hace cosquillas un poco. Pero la hormiga pequeña continúa, y puf, cae en medio de los dedos de los pies. Oh, vaya, es raro, hace un poco de humedad y calor por aquí. Entonces vuelve al otro dedo del pie y así sucesivamente (tienes que detallar). Y luego se encuentra encima del pie y allí, aliviada, todavía es más fácil avanzar. Luego llega a la pierna, al tobillo. Y luego, de repente, una gran montaña son las rodillas … y así sucesivamente. Con el ombligo en el que cae. El latido del corazón que se mueve y hace mucho ruido. La boca que está húmeda. La nariz, que sopla como un gran ventilador, luego la aspira como una gran aspiradora. Y así sucesivamente hasta el cabello, en el que se pierde en esta jungla poblada por grandes enredaderas … ¡Y salta al suelo!

Al final de la historia, la mayoría de los niños están tan atrapados en su imaginación que buscan la hormiga pequeña en todas partes. Sobre todo, se sienten completamente relajados. Porque a lo largo de la historia, y mientras se concentraban en todas las sensaciones de sus cuerpos, al imaginar a esta hormiga trepando sobre ellos, secretaban endorfinas, las hormonas del bienestar.

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Autora: Lucia Rodríguez Brines

Apasionada e investigadora de la mente humana. Respeto el sufrimiento humano y procuro ayudar a disminuirlo. Convencida, como psicóloga y como meditadora, de que existe un proceso de evolución de la psique del ser humano. Cómplice del desarrollo de conciencia y valores humanos.