Detenerte. Estar en silencio. Ser testigo de lo que está sucediendo en ti. Para muchos de nosotros, esto suena como un gran desafío. Nos han empujado a la multiplicación de las actividades que hacemos a diario, a nutrirnos del ruido y el estrés del mundo, a considerar el silencio como estéril. Creíamos que la fuente de nuestra felicidad estaba fuera de nosotros. ¿Y si no fuera así? ¿Y si se encontrara renunciando a las agresiones diarias, sumergiéndonos regularmente en nuestro corazón?
Esto es lo que las técnicas de meditación orientales han estado enseñando durante siglos. Accesibles, simples, sin embargo, nos ofrecen un giro de 180º, lo que nos retorna a lo que siempre hemos evitado. ¿Tendremos el coraje de abrirnos hacia ahí?
Meditar, el viaje hacia uno mismo
Abrumados, asediados por el estrés, todos anhelamos encontrar calma y silencio en nosotros. Reservado ayer sólo para iniciados, la meditación es cada vez más atractiva en Occidente. ¿Sus ventajas? Simplicidad y eficiencia.
¿Cómo no quedar atrapado en la agitación ambiental? ¿Cómo evitar tranquilizantes para calmarse o estimulantes para actuar más y más rápido? Por supuesto, hay deporte. Pero éste fortalece los músculos más que el equilibrio interno. También hay tiempo libre para relajarse los fines de semana. Pero el entretenimiento rara vez quita la ansiedad y el estrés. Algunos, por tanto, intentan otras formas.
Para Pedro, de 43 años, un ejecutivo del sector automovilístico, una caminata “consciente” de veinte minutos, practicada todos los días en el parque cerca de su lugar de trabajo, tiene el efecto disminuir la agitación mental. “: “Siento que abre espacios libres dentro de mí. Luego llego refrescado a las reuniones de la tarde. ”
Vuelve a ti mismo
Ésta es la paradoja de nuestro tiempo. Para seguir siendo productivos, responsables en un mundo tecnológico ansioso por el rendimiento, Pedro y otros millones de personas como él, en lugar de afilar las armas de la combatividad y la agitación, eligen “retirarse de ellas”. “Similar al dragón en el agua y al tigre encontrando su bosque profundo”: como explicó el Maestro Dôgen en el siglo XIII, cada uno a su manera, meditan. Para este monje, uno de los más importantes del orden Zen, como para todos los primeros practicantes de meditación, sentarse en silencio era seguir el camino tomado por Buda. Un camino muy largo y muy exigente que, como les recordaba la regla del “mushotoku”, debía emprenderse “sin objetivo ni ánimo de lucro”.
Hasta hace treinta años, Occidente ignoró, incluso desdeñó, estas técnicas de meditación practicadas en India o Japón. Cuando, en 1968, en la cima de su era, los Beatles anunciaron públicamente que estaban practicando la meditación trascendental, los medios se burlaron. La meditación se mal interpretó entonces como un paraíso artificial que buscaba la huida de la realidad.
Hoy, Occidente está redescubriendo el poder de la internalización. Y, en los últimos años, los científicos han confirmado sus beneficios para combatir el estrés.
Conoce el vacío
Debemos acordar a qué se refiere exactamente el término “meditación“. Entendemos la meditación como método. Pero se refiere también al estado de ser que se logra a través de diferentes técnicas o métodos: “zazen”, vipassana, vajrayana, … ”
Los puntos en común de todas las técnicas: mantenimiento de una postura precisa, tiempo de concentración durante el cual uno trata de domesticar “el caballo rebelde de la mente”, observando los pensamientos y finalmente entrando en el estado meditativo mismo. Todos estos enfoques tienen el mismo objetivo: permitir que la mente se aclare y se calme. A diferencia de la relajación, que tiene como objetivo relajar el tono muscular, se basan, por el contrario, en una gran vigilancia. Cuando sostienes las riendas de este caballo loco que es la mente, poco a poco, percibes cada vez más espacio entre los galopes.
Es este encuentro con el “vacío”, el “no pensamiento”, el “infinito”, contacto primero muy puntual, luego más frecuente gracias a una práctica regular, que es el objetivo de la meditación.
Frente a tus zonas grises
Este viaje interior comporta abrir una caja de Pandora, surgen pensamientos crueles y mezquinos …pero estas crisis, paradójicamente, refuerzan el estado de ser: poco a poco abre acceso a una forma de trascendencia en que todo, incluso los cuestionamientos y los dramas, pasan. El significado de la vida, el vacío maravilloso, vivir des de lo esencial, esto es a lo que puede conducir una práctica regular de meditación. Obliga a dejar caer el oropel de la apariencia. Todos encuentran lo que creen. Para el ateo, la “nada”. Para el budista, la iluminación o satori. Para el cristiano, el misterio de Cristo.
Hoy existe una necesidad real de encontrar a “Dios” en uno/a mismo/a. La práctica de la meditación que se extiende cada vez más está vinculada a esta llamada íntima. No son sólo los conversos o los cercanos al budismo los que aprenden a meditar, sino los judíos o los cristianos que buscan, mediante esta técnica oriental, aprender este silencio interior que permite la presencia de “Dios”.
El viaje ofrecido por la meditación se vive sin estándares y se vive en intimidad con uno mismo. En esto, también, parece ser un instrumento de libertad.
El viaje ofrecido por la meditación se vive sin estándares y se vive en intimidad con uno mismo
¿Te gustaría aprender a meditar?
¿Eres una empresa y quieres conocer nuestros programas de mindfulness y salud?
Autora: Lucia Rodríguez Brines
Apasionada e investigadora de la mente humana. Respeto el sufrimiento humano y procuro ayudar a disminuirlo. Convencida, como psicóloga y como meditadora, de que existe un proceso de evolución de la psique del ser humano. Cómplice del desarrollo de conciencia y valores humanos.
Si estás interesad@ en conocer nuestros servicios de psicología y mindfulness, puedes escribirme a info@psitam.com y estaré encantada de atenderte.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!