Movilizar fuerzas, ver el lado positivo … Entre las actitudes a adoptar para levantar la cabeza, hemos seleccionado ocho especialmente útiles.
En la psicología, existe una profusión de artículos de investigadores y autores especializados que enumeran estudios, observaciones y consejos sobre todos los temas. La resiliencia, que es uno de los temas más estudiados, ha sido objeto de varias compilaciones en forma de programas por fases. El que estamos ofreciendo proviene del trabajo de Brad Waters1, coach de vida, y Eric Barker2, periodista.
1. Preparar
No se trata de anticipar todos los acontecimientos difíciles de la vida, sería imposible, sino de constituir (cuando todo vaya bien) tu kit de supervivencia en un entorno hostil. Concretamente, esto significa hacer un inventario de todo lo que nos reconforta, remotiva, calma o regenera cuando no estamos bien: ver amigos, meditar, caminar en la naturaleza, cuidarse, embarcarse en un proyecto., Hacer un viaje, leer, escribir, tomar cierto aceite esencial, hacerse un masaje, ir al acupunturista, etc. Depende de cada uno hacer su propia lista de prácticas y actividades especiales de “tiempos difíciles”. Será más fácil acceder a estos recursos, cuando sea necesario, cuando hayan sido pensados y seleccionados con una mente clara y un corazón tranquilo.
2. Identifica la terrible experiencia y acéptala
Lo primero que debe hacer cuando se enfrenta a un evento difícil de la vida es identificarlo como un calvario lo antes posible. Para protegernos tendemos a minimizarlo o, peor aún, a negarlo. Sin embargo, negar un problema no sólo no lo hace desaparecer, sino que también debilita nuestra capacidad de análisis y, por tanto, de reaccionar con sensatez. Para no caer en la negación, no hay nada como describir los hechos o escribirlos como si estuvieras denunciando la situación. Una vez que se toma la medida del evento, queda por aceptar: “Está bien, estoy pasando por esto” (nombre del evento). Pero ojo, no debemos confundir aceptación y resignación. Por eso es importante tener en cuenta que este momento que estás viviendo es un capítulo difícil en el libro de tu vida, pero no es todo el libro. Esta distinción hace posible no quedar completamente atrapado en la prueba.
3. Regula tus emociones
Un calvario siempre resulta en una tormenta emocional. Luchar contra ella es contraproducente. Es mejor acoger en la conciencia y nombrar las las emociones que surgen, antes de reenfocar gracias a prácticas psico-corporales como la respiración antiestrés, la meditación mindfulness, las posturas de yoga o una práctica de qigong o taichi. Una gran calma puede surgir. Puede resultar asombroso. Éste es el caso cuando te sientes aislado de ti mismo, paralizado, incapaz de sentir nada. Por lo tanto, es necesario un tiempo de digestión antes de tomar conciencia de la prueba y aceptarla. En cualquier caso, la buena calma sólo puede ocurrir después de una regulación secuenciada de las emociones: bienvenida – identificación – aceptación – apaciguamiento.
4. Cambio de mirada
Una prueba nunca tiene una faceta única. Son las emociones negativas extremas, nuestros miedos y nuestras creencias las que nos hacen considerarlo a través de un sólo prisma. Por eso siempre es interesante cuestionar el problema para descubrir qué tiene que enseñarnos. Sobre nosotros, sobre los demás, sobre la vida. A veces, lo que consideramos un giro del destino finalmente nos permite cambiar lo que no teníamos la fuerza o la lucidez para transformar o dejar en nuestra vida. Esto sólo es posible si cambia nuestra perspectiva sobre la terrible experiencia.
5. Obtén ayuda y ayuda
Creer que puede salirse con la suya confiando en sí mismo es un engaño peligroso. Buscar consejo y ayuda es esencial para desarrollar una resiliencia duradera. Pero lo que es menos conocido es que ayudar es un poderoso factor de resiliencia. Brindar apoyo a alguien que no se encuentra bien le permite movilizar sus propias fuerzas, desviar temporalmente el enfoque de su problema y disipar la sensación de estar solo con su sufrimiento. Finalmente, para las pruebas de la vida insoportables, estar acompañado de un profesional es fundamental para no hundirse.
6. Trabaja, cuídate
Dar vueltas a los pensamientos centrados en el problema es casi un impulso. Para aliviar tu carga mental y emocional, no hay nada como mantener la mente y las manos ocupadas. Trabajar, retocar, cocinar, hacer jardinería, ordenar, pintar, escribir, leer… Cuanto más ocupado esté, mejor recargará sus baterías físicas y mentales, y menos su problema, por doloroso que sea, ocupará todo su tiempo.
7. Elegir el séquito adecuado
Las pruebas atraen personalidades negativas como imanes. Es mejor saberlo para no confundir empatía y compasión con manipulación. Muchas personalidades tóxicas se alimentan de las desgracias ajenas para hacer comparaciones a su favor, para reforzar su pesimismo depresivo o para restaurar su narcisismo jugando al entrenador-confidente. En situaciones difíciles, prefiera a aquellos que son resilientes, aquellos que siempre han sido atentos, solidarios, comprensivos y empáticos contigo.
8. Confía en ti mismo
Decir que estás vivo, de pie, después de haber recibido el impacto de una prueba de vida es en sí mismo una victoria y hay que celebrarlo. Esto es especialmente cierto para las dificultades que sólo le afectan a uno mismo (enfermedad, despido, ruptura). Es más difícil imaginarse celebrando de pie después de la muerte de un ser querido. Dependiendo de lo que sucedió, tomarse un momento para decirse a sí mismo: “Este evento no me aplastó, todavía estás aquí” es bueno. Esta actitud, que aumenta la autoestima y la confianza en uno mismo, es más provechosa que la de luchar con todas tus fuerzas contra la adversidad, como un toro embistiendo. Así que tómate el tiempo para felicitarte y animarte. Una mayor conciencia de ti mismo es también un gran factor de resiliencia. Escúchate a ti mismo, presta mucha atención a los mensajes que te envían tu cuerpo y tu mente.
Autora: Lucia Rodríguez Brines
Apasionada e investigadora de la mente humana. Respeto el sufrimiento humano y procuro ayudar a disminuirlo. Convencida, como psicóloga y como meditadora, de que existe un proceso de evolución de la psique del ser humano. Cómplice del desarrollo de conciencia y valores humanos.
Si estás interesad@ en conocer nuestros servicios de psicología y mindfulness, puedes escribirme a info@psitam.com y estaré encantada de atenderte.
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