¡Que levanten el dedo los que nunca se han sentido ofendidos! Para algunos, cualquier comentario es una tragedia. ¿De dónde viene esta susceptibilidad y cómo calmar este sufrimiento?
¿Por qué ?
Quien es muy sensible en su autoestima es susceptible. En el corazón de esta “disposición a ofenderse fácilmente” hay una fragilidad narcisista. Según Christophe André, psicoterapeuta conductual, hay tres tipos de hipersusceptibles: los tímidos, que no tienen suficiente autoestima; personalidades narcisistas, que se creen superiores a los demás y merecen un trato especial; y los susceptibles paranoicos, que se sienten perseguidos. Sea cual sea el perfil, el resultado de esta hipersusceptibilidad es sufrimiento.
Según Christophe André, el hipersusceptible se enfrenta a tres tipos de problemas. Primero, monitorea su entorno y se esfuerza por descubrir cualquier cosa que pueda provocar rechazo o cuestionamiento de sus habilidades. Luego, le da un significado negativo a las señales percibidas aunque sean neutrales (¡detrás de esa sonrisa se esconde un toque de ironía!). Por último, no puede utilizar estrategias adecuadas a la situación. Su actitud malhumorada y agresividad le impiden reaccionar con eficacia.
La hiperesusceptibilidad concierne a quienes no tienen una imagen suficientemente construida de sí mismos. El pensamiento hiriente tiene el poder de destrozar esa imagen y socavar su identidad, especialmente porque las personalidades narcisistas se identifican con su imagen. A la menor molestia, un susceptible siente que no es nada. Lo que se vislumbra en el horizonte de la herida narcisista es la muerte. No todos los reproches tienen el poder de herir; se vuelven hirientes si expresan lo que la persona objetivo se está dirigiendo a sí mismo/a. ¡Cuanto más presiona la otra persona sin saberlo donde le duele, más violenta es la reacción! A alguien que no se considere una persona egoísta no le importará que lo llamen egoísta. Por otro lado, si es un reproche que hace inconscientemente, ¡se sentirá profundamente ofendido! Es este sentimiento de haber sido expuesto lo que explica el impacto de una simple palabra.
La tragedia de los hiperesusceptibles es que no pueden reírse de sí mismos. Porque están inmersos en la vergüenza, la culpa y el deseo de autocastigarse. Sin olvidar un fuerte sentimiento de inferioridad. O superioridad, que equivale a lo mismo. Porque si crees que eres el mejor, cualquier cosa que te recuerde que eres uno de la multitud te lastima.
¿Qué hacer ?
Modula tus reacciones
Presta atención a tu funcionamiento psíquico y, tan pronto como te sientas conmovido en el corazón, practica la metacomunicación (la expresión de las emociones). Di lo que percibes, expresa lo que sientes, dialoga y pide explicaciones a la persona que te hizo sufrir.
Cíñete a los hechos: “¿Qué está pasando exactamente? “” ¿Por qué me dices esto? “” ¿Qué me reprochas concretamente? ”
¡Detén las proyecciones!
Para contrarrestar tu tendencia a interpretar las palabras y los gestos de los demás, comprueba siempre si lo que has percibido está justificado. Simplemente haz la pregunta: “Siento que me has estado evitando durante algún tiempo, ¿estoy equivocado?”
Haz tu autoevaluación
Si tu susceptibilidad te hace la vida realmente imposible, si tu herida narcisista es profunda, busca la ayuda de un psicólogo/a. De hecho, sólo la psicoterapia te permitirán saber de qué te sientes, inconscientemente, culpable y avergonzado.
Consejos para familiares y amigos
El retraimiento del susceptible es una forma “inapropiada” de decir: “Estoy sufriendo porque no me han respetado“. Restaurar la comunicación con él le permite responder a su SOS disfrazado: “Desde que tal evento, pareces triste y me duele verte así. ¿Estás de acuerdo en hablar de ello? “No finjas no darte cuenta, porque le confirmarás a la otra persona en su convicción de que él no cuenta … Y no dude en practicar el autodesprecio”. Ver que puedes bromear sobre ti mismo y que no mueres por ello ayuda a poner las cosas en perspectiva.
Autora: Lucia Rodríguez Brines
Apasionada e investigadora de la mente humana. Respeto el sufrimiento humano y procuro ayudar a disminuirlo. Convencida, como psicóloga y como meditadora, de que existe un proceso de evolución de la psique del ser humano. Cómplice del desarrollo de conciencia y valores humanos.
Si estás interesad@ en conocer nuestros servicios de psicología y mindfulness, puedes escribirme a info@psitam.com y estaré encantada de atenderte.
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