¿Por qué no somos felices?
Funcionamiento del cerebro: estamos diseñados evolutivamente para sobrevivir, no para ser felices. Así pues, tenemos una tendencia muy arraigada de buscar peligros, diseñar estrategias defensivas, etc. Esta impronta biológica es la que origina nuestra tendencia a centrarnos en lo negativo, más que en lo positivo.
Dolor no incluye sufrimiento
El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional. El primero es responsable de un 15% de nuestro sufrimiento total, mientras que el sufrimiento constituye el 85% del sufrimiento total.
¿A qué nos referimos con el dolor y el sufrimiento?
El dolor es la aparición de experiencias internas desagradables (pensamientos, emociones o sensaciones corporales dolorosas, de malestar) y externas (un divorcio, una crítica de alguien, un sonido muy agudo, un fracaso…). Su aparición no se puede evitar ni controlar, Nuestra única opción, que además es el camino de la meditación -que conduce a la felicidad y la paz mental- es dejar de quedarnos colgados en los juicios que hacemos sobre ese dolor. SOLTAR LOS JUICIOS es el camino de la LIBERACIÓN.
Para aprender a soltar los juicios hay técnicas específicas. Hoy en día por ejemplo ha proliferado mucho la enseñanza del mindfulness. Ésta es una muy buena herramienta para aprender a soltar los juicios y abrirnos paso cada vez más hacia la presencia. En esa presencia dejas de ansiar tener cosas,porque te sientes lleno, y entonces surge la paz. Lee el artículo Mindfulness si quieres saber más.
Hemos mencionado una herramienta para cultivar la atención –mindfulness-, pero también existen técnicas para abrir el corazón. Si abrimos el corazón no se requiere tanto esfuerzo en desatender los juicios sobre el dolor, ya que éstos surgen menos. Uno despierta a la aceptación y la bondad. Esto otorga una fuerza “sobrenatural” y de nuevo, una sensación de contento, de sentirte lleno y no necesitar nada más.
¿QUÉ ES ABRIR EL CORAZÓN O COMPASIÓN?
Compasión es CORAJE. Compasión es la profunda conciencia del sufrimiento de uno mismo y del de otros seres, junto con el deseo de ayudar a evitarlo. Implica la valentía de VER Y RECONOCER EL SUFRIMIENTO. “Esto sufriendo”; “esto duele”. Y en lugar de juzgar ese dolor, optar por transformarlo mediante un gesto compasivo hacia ti mismo/a, por ejemplo (abrazarte, sostenerte, acariciarte…). Ahora mismo estás sufriendo, si te criticas aumentarás tu sufrimiento. No puedes hacer nada más que calmarte a ti mismo/a. Luego cuando te rehagas, ya cambiarás lo que tengas que cambiar.
Compasión implica la sabiduría de NO JUZGAR con dureza y crítica, sino LIBERAR EL JUICIO Y QUEDARNOS CON LA EXPERIENCIA DIRECTA DEL DOLOR, sintiendo su naturaleza y sosteniéndonos a nosotros mismos. No lo evitamos el dolor, sino que gracias a la compasión lo encaremos a pecho descubierto.
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