Para la mayoría de la gente, el avión es la promesa de otro lugar… pero algunos lo ven como una máquina infernal que los arrastra hacia una muerte segura. ¿Por qué este miedo? ¿Cómo volar sin miedo?
¿Por qué ?
Julio. La playa es mañana. Para Cristian, la pesadilla es inmediata: “Veo el momento en que tendré que tomar el avión y ya siento que la ansiedad aumenta. La mayoría de las veces, se da por vencido. Durante siete años, el avión lo ha clavado al suelo, como al 10% de nosotros. Sin embargo, es el medio de transporte más seguro. Los accidentes son tan raros como espectaculares, pero marcan la memoria colectiva, despertando una miedo instintivo.
Ansiedad…
El miedo sirve para advertirnos del peligro potencial: nos pone en alerta ante lo desconocido. Sin embargo, nadie sabe cómo funciona un avión. Cuando es sacudido por una turbulencia, imaginamos que puede caer. Erróneamente. Intrínsecamente, el avión es desestabilizador: Todos nuestros puntos de referencia están alterados. Ya no tocamos el suelo, perdemos el equilibrio. Estas nuevas sensaciones son incómodas. Están alimentadas por imágenes de accidentes aéreos que, a su vez, despiertan emoción. Los muy ansiosos siempre imaginan lo peor, dondequiera que estén. Es lo inesperado lo que les asusta.
…fobia
Vano intento de control cuando todo se nos escapa: el espacio de un vuelo, nos apoyamos en una extraña máquina y en ese extraño que la pilota. Estamos en total indefensión. Tan pronto como la puerta se cierra, no hay vuelta atrás. La imaginación se dispara debido a esta irreversibilidad. La ansiedad ha tomado altura para llegar a su cumbre, la fobia, que puede adoptar varias formas: fobia específica (centrada en el avión), claustrofobia (miedo a los espacios cerrados) o agorafobia (miedo a los espacios abiertos y a la multitud). A diferencia de la ansiedad, aquí el discurso racional ha perdido todo impacto. La emoción llega a su punto de saturación: ya no hay lugar para el pensamiento. Ya no encontramos las palabras para domar el miedo y su objeto: hemos retrocedido a una etapa infantil.
Un niño asustado
Las madres que están demasiado ansiosas crían a sus hijos en un ambiente que les provoca ansiedad: cualquier cosa que los aleje de ellos es un peligro potencial. Al crecer con miedo, se convertirán en adultos ansiosos. La fobia no perdona a nadie: un duelo, una ruptura, un despido afectan la autoestima. Estamos entonces debilitados frente al exterior. La fobia es la expresión de nuestros callejones sin salida: paralizante, nos impide transitar por las etapas de la vida. El avión es a menudo el símbolo de estas trayectorias interiores. La vida es el viaje irreversible a la muerte. El vuelo nos sumerge en estas angustias: Tomar vuelo es dejar los brazos de la madre, los únicos capaces de protegernos. El miedo a volar no es el miedo a morir: es el miedo a vivir. Entonces preferimos quedarnos quietos, sin saber qué pasará después, para evitar el final.
¿Qué hacer ?
Consejos de terapeutas
Marie-Claude Dentan, psicóloga
“Expóngase gradualmente: comience mirando bellas imágenes de aviones. Familiarízate con los aeropuertos, yendo allí a tomar un café, por ejemplo. Entonces elige vuelos cortos, y viaja acompañado. Sobre todo, cuando subas, comunica tus aprensiones a la tripulación: ellos sabrán cuidarte.
Dominique Servant, psiquiatra
“En casa, haz sesiones de relajación durante unos minutos al día: vuelve a centrarte en la respiración y en el momento presente, luego descéntrate, desconecta, gracias a un reproductor de música por ejemplo. Si dominas estas técnicas, puedes usarlas una vez en vuelo, cuando sientas que el miedo aumenta. »
Testimonios
Beatriz, 47 años
“Un día me cansé. Mi hija se casaba al otro lado del mundo, yo tenía que estar ahí. Mis ataques de pánico siempre han hecho que cada vuelo sea un horror. Pero allí, ¡nunca había estado tan motivada para volar! Éste fue el detonante, después de años en el sofá de un psiquiatra… donde había hablado de todo menos de eso. Probablemente terminé solucionando las causas fundamentales de estas ansiedades, y el síntoma pudo desaparecer casi por sí solo. »
François, 35 años
“Un curso organizado por Air France me liberó de mis temores. Todas las empresas lo ofrecen, y es realmente liberador: el efecto de grupo, sin duda. También escuchando a un psiquiatra. Y profesionales de la aviación. Podemos hacer todas nuestras preguntas tontas sin miedo al ridículo. Pero sobre todo, estamos sometidos a lo peor en un simulador de vuelo: salimos vivos, aliviados, podemos hablar largo y tendido de lo que sentimos. »
Autora: Lucia Rodríguez Brines
Apasionada e investigadora de la mente humana. Respeto el sufrimiento humano y procuro ayudar a disminuirlo. Convencida, como psicóloga y como meditadora, de que existe un proceso de evolución de la psique del ser humano. Cómplice del desarrollo de conciencia y valores humanos.
Si estás interesad@ en conocer nuestros servicios de psicología y mindfulness, puedes escribirme a info@psitam.com y estaré encantada de atenderte.
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