De la creatividad surge a veces el aburrimiento. A medida que continúa el confinamiento, la convivencia se hace a veces difícil y el tiempo se hace largo. Sin embargo, incluso entre cuatro paredes, podemos recrearnos en pequeñas cosas y las actividades banales convertirse en mágicas. Los haikus invitan a celebrar estos momentos fugaces.
Los haikus invitan a celebrar los momentos fugaces
Es tentador perdemos en las noticias, ahogarnos en la avalancha de malas noticias que nos han sumergido durante tres semanas. Pero ha llegado la primavera. Desde el comienzo del confinamiento , los coches se han detenido y escuchamos a los pájaros cantando nuevamente, incluso en el corazón de las ciudades. Hay que detenerse en eso. En estos días, un rayo de sol es suficiente para iluminar nuestro día. Son tantas las pequeñas cosas que ahora pueden hacernos felices.
El Haiku puede ser una técnica para liberar emociones
El haiku, un poema existencial de Japón
Incluso confinado, es posible escapar. Sólo por su nombre, los haikus nos llevan a la Tierra del Sol Naciente. Es un mundo imaginario de calma, zen y serenidad que se apodera de nosotros si decidimos aprender este arte que requiere paciencia, conciencia y dejar ir.
Estos pequeños poemas japoneses siguen estrictas reglas de forma. De este modo, forman 17 sílabas, divididas en tres líneas, de 5, 7 y 5 sílabas, respectivamente. Encontramos rastros de ello en el siglo XIV, pero fue en el siglo XVII que los monjes Zen los popularizaron en el archipiélago. Si tuviéramos que definirlos, podríamos decir que los haikus son un intento de capturar el momento presente. En resumen, una versión literaria de la meditación.
Escribir un haiku
Los haikus son cortos, apenas tres líneas. Sin embargo, revelan lo esencial. Detrás de su desnudez y su aparente simplicidad, guardan una sorprendente profundidad. Básicamente, expresan grandes ideas universales: el paso del tiempo, la naturaleza renovada, la fragilidad de la vida, la fugacidad de un sentimiento, los placeres simples del momento presente totalmente experimentados …
La sabiduría japonesa y la sensibilidad poética de los japoneses no son fácilmente accesibles para los occidentales. Pero leer un haiku siempre coloca un enigma en el fondo de tu mente. Un haiku se siente con el corazón. El siguiente silencio permite a la mente formular la pregunta que nos sumerge en un estado meditativo.
Leer haikus nos lleva a otro estado mental. Lejos del materialismo. Se centran en la vida y nos recuerdan que somos parte de un todo más amplio: los humanos no son los únicos que habitan el planeta Tierra: con todos los seres vivos tenemos que aprender a convivir.
Escribir haikus requiere esfuerzo y entrenamiento, tanto para entrar en meditación como para aprender a jugar con palabras. Podemos tratar de soltarnos meditando para liberar las palabras que están en nosotros.
Una hoja, un lápiz, tiempo para reflexionar, sentir y meditar. Éstos son los elementos esenciales para aprender a componer haikus. En estos tiempos de confinamiento, tenemos todo esto a nuestro alcance. Depende de nosotros dar el primer paso.E
Existe una metáfora que el cerebro es como una galería donde se extienden infinitas salas con visiones distorsionadas. Encontrar sentido a lo que allí se expone no siempre es sencillo. Para ello, puede ser de gran ayuda hacer uso de otras técnicas artísticas para captar los significados, encontrar el orden en medio del caos y la calma en medio del ruido.
Huye el rocío.
En este mundo sucio
no hago yo nada.
Kobayashi Issa
Lejos un trino.
El ruiseñor no sabe
que te consuela.
Jorge Luis Borges
Lluvia de anoche
cubierta esta mañana
por la hojarasca.
Io Sogui
Autora: Lucia Rodríguez Brines
Apasionada e investigadora de la mente humana. Respeto el sufrimiento humano y procuro ayudar a disminuirlo. Convencida, como psicóloga y como meditadora, de que.existe un proceso de evolución de la psique del ser humano. Cómplice del desarrollo de conciencia y valores humanos.
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