La empatía: clave para reducir el malestar
Empatía: práctica 1. Observación y sensibilidad
Imagina que tienes puestos los auriculares con música y que sólo puedes observar a los demás, no oírlos. Ves sus gestos, miradas, intenciones… Pon en práctica la intuición, y permite que la razón amplíe sus miras. La sensibilidad comenzará a aflorar y te fijarás en cosas que antes te pasaban desapercibidas: cómo se comportan dos enamorados, cómo actúa alguien que se siente incómodo, nervioso, aburrido…, percibirás a alguien necesitado de afecto y comprensión donde antes veías una persona enfadada, notarás los gestos de cercanía, de complicidad, etc. En definitiva, es un experimento para entrar en el universo que existe detrás de las palabras, conociéndote mejor a ti mismo y a los demás y aprendiendo a mantener relaciones más saludables y ajustadas a la realidad (y no tanto a interpretaciones erróneas de las palabras y desfases comunicativos entre lo que se expresa en palabras y lo que revelan los gestos y el cuerpo).
Empatía: práctica 2. Conversación y escucha
Cuando estés conversando con alguien, interésate por su persona, esto generará que la conexión entre los dos mejore al momento. Permite que se exprese, e interpreta que lo que haga o diga tiene sus motivos: un mal día, preocupaciones económicas, familiares… Límitate a escuchar,… refrénate antes de juzgar, sólo escucha. Te sentirás genial al ver que la otra persona confía en ti y te comparte su preocupación. Es un primer paso para un buen entendimiento entre los dos, el cual debe cuidarse de esta forma a partir de ahora siempre. Es una práctica de aprender a escuchar.
Empatía: práctica 3. Reconocer la emoción implícita al mensaje
Cuando una persona te cuente algo, escucha con atención y juega a detectar la emoción que encubre el mensaje, ponle nombre a esas emociones que experimentas tú y tu interlocutor, esto te posibilitará más autoconocmiento y además, ayudarás a la otra persona. Esta práctica de ver la emoción detrás de las palabras es un ejercicio muy enriquecedor para el adiestramiento de la empatía.
Empatía: práctica 4. Una misma situación, muchos ojos
En cada situación que te acontezca, deja tu perspectiva por un momento (imagina que sales de tu punto de vista) y practica la empatía. Si todos los días te ejercitas en ponerte en el lugar del otro un rato, llegará un momento en que la empatía nacerá en ti sin apenas esfuerzo. Finalmente, ser empático/a será para ti muy natural y satisfactorio.
Empatía: práctica 5. Sólo por una vez…no lo rumies, escríbelo
Escribe el nombre de una persona conocida que te disguste, y describe con lujo de detalle aquello que no soportas, que te desagrada… Una vez terminada esta tarea, ponte en su lugar sin juzgarla, y piensa que como todos los demás, sólo intenta sobrevivir y ser feliz, y reflexiona que esta persona tiene sus motivos para actuar como lo hace y para desenvolverse como lo hace.
Por último, escribe un comportamiento tuyo propio que consideres negativo (¡no te libras! :) algo que te desagrade de ti mismo/a, con la suficiente honestidad para que el ejercicio tenga resultado. Trata de reflexionar en la similitud o conexión (si la hubiera) entre una característica tuya que te disgusta y una que no toleres de esa otra persona desagradable para ti.
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