Para combatir la soledad, debemos cambiar nuestro estado de ánimo y adoptar nuevos comportamientos.
Una vida relacional satisfactoria es uno de los principales factores de nuestro desarrollo personal. Muchos estudios han demostrado que estar rodeado, poder intercambiar y compartir tiene un impacto positivo tanto en nuestra salud mental como en nuestra salud física. En nuestro mundo hiperconectado, la soledad debería haber perdido terreno . Desafortunadamente, este no es el caso.
La estadounidense Gretchen Rubin, especialista en felicidad y autora de varios libros sobre el tema, considera que la soledad es uno de los principales obstáculos para la felicidad. La soledad no es inevitable, aunque depende en parte de las condiciones materiales y ambientales, también es una cuestión de comportamiento. Para adoptar el estado de ánimo adecuado, es necesario tomar conciencia de las propias carencias y necesidades e iniciar el cambio en pequeños pasos a diario.
1- Pregúntate cuáles son tus necesidades
Es importante priorizar tus necesidades y tus carencias para no equivocarte en la prioridad. ¿Tu sentimiento de soledad está ligado a la pérdida de vínculos sociales (desempleo, mudanza, enfermedad) o es posterior a una ruptura amorosa o familiar? Lo importante es identificar la necesidad o carencia más importante y dolorosa para ti. Esta identificación te permitirá orientar mejor tu prioridad y, por tanto, ver tus expectativas con mayor claridad. También te permitirá no pensar en tu soledad “como un todo”, lo que genera un sentimiento de impotencia que ahoga todas las inclinaciones para implementar el cambio deseado.
2- Cuídate
El aislamiento involuntario y el retraimiento en uno mismo son factores de depresión y de autoestima baja. Cuanto más excluido se siente uno, menos se valora personalmente y menos se trata bien a sí mismo. Por tanto, es fundamental comenzar a cuidarse física y emocionalmente antes de reconectarse con los demás. Cuida tu apariencia física, practica actividades físicas, deportivas o artísticas. Haz una lista de lo que podría darte bienestar en el día a día. Y sobre todo, favorece los pequeños placeres, esos que descuidas con el pretexto de que “en cualquier caso, esto no es lo que te cambiará la vida”. Finalmente, tómate el tiempo para enumerar tus diversas habilidades y talentos (desde los más pequeños hasta los más importantes) y vuelva a leer su lista regularmente para aumentar su confianza en sí mismo.
3- Lucha contra la negatividad
Los investigadores han descubierto que los sentimientos de soledad y aislamiento hacen que las personas sean más negativas y críticas. Dos disposiciones que no favorecen la apertura relacional. Comienza por identificar los momentos en que tus creencias pesimistas o tus juicios excesivamente críticos prevalecen sobre tu benevolencia y tu confianza en la vida y en los demás. Luego, para cada una de estas creencias o hallazgos negativos, haz de abogado del diablo tratando de encontrar uno o dos argumentos que los contradigan. Luego intenta practicar un ejercicio de gratitud al final de cada día. Vuelve a ver la película del día e identifique todos los pequeños momentos que fueron fáciles, agradables o enriquecedores. Medita en cada uno de ellos reviviéndolos y dando gracias. También puedes anotar tres de estos eventos positivos todos los días en un cuaderno. Con el tiempo, la forma en que miras el mundo y a los demás será más benévola. Tu deseo de ocupar tu lugar en un mundo menos hostil te hará acercarte a los demás más fácilmente.
4- Conectar
Uno de los peligros del aislamiento y los sentimientos de soledad es el descuido de los pequeños lazos de la vida cotidiana. Debemos tener en cuenta que una vida relacional y social se teje con mil y un pequeños hilos diferentes. Ofrécete como voluntario para nutrir los intercambios que tu jornada te ofrece todos los días: con tus compañeros, los clientes que frecuentas, tus vecinos. Almuerza con tus colegas con más frecuencia si no lo haces. Únete a un grupo de actividades (caminar, leer, meditar), a una asociación de vecinos (padres de alumnos, cultura…). También puedes tratar de encontrar viejos amigos o amigos de la escuela secundaria o la universidad, o incluso familiares, en Internet.
5- Cuida de los demás
Sentirse útil refuerza la buena autoestima y cambia la dinámica de las relaciones. También es la mejor manera de salir del aislamiento emocional y reconectar con el sentimiento de pertenencia a la comunidad personas. En lugar de preguntarse, “¿Por qué no obtengo nada de nadie?” ¿Por qué no invertir la pregunta y preguntarse: ¿ cómo podría ayudar y apoyar a otros? Algunas vías posibles: ofrece cuidar a los niños de tus vecinos, ofrece tus servicios a las personas mayores de tu vecindario, haz voluntariado los fines de semana, invierte en un refugio de animales si te gustan los animales, etc.
6- Duerme bien
El consejo puede parecer curioso y no directamente relacionado con la soledad, pero lo está. Los investigadores encontraron que la falta de sueño o el sueño de mala calidad tenía un efecto de “dessocialización”. Las malas noches no sólo tienen un impacto negativo en el estado de ánimo y las emociones, lo que disuade a los demás de ponerse en contacto contigo, sino que la fatiga y la irascibilidad que generan conducen al retraimiento. Así que asegúrese de optimizar las condiciones de su sueño. Practica ejercicios de respiración y relajación antes de acostarse, coma ligero, apague las pantallas (televisión y computadora) una hora antes de irse a dormir.
Autora: Lucia Rodríguez Brines
Apasionada e investigadora de la mente humana. Respeto el sufrimiento humano y procuro ayudar a disminuirlo. Convencida, como psicóloga y como meditadora, de que existe un proceso de evolución de la psique del ser humano. Cómplice del desarrollo de conciencia y valores humanos.
Si estás interesad@ en conocer nuestros servicios de psicología y mindfulness, puedes escribirme a info@psitam.com y estaré encantada de atenderte.
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