Cuando estamos andando por la calle, atentos al momento presente, atentos al movimiento de los pies, y atentos al sentimiento de estar ahí, sentimos que estamos vivos, que estamos bien, que estamos en paz. Aunque estemos enfermos, aunque tengamos una cierta edad, el hechod e estar andando , de estar sintiendo los pies, de estar respirando, nos aporta esta sensación de gratitud, de estar vivos. Todavía podemos hacer muchas cosas.
El hecho de estar en el momento presente , nos hace sentir que estamos vivos y experimentamos gratitud por esta sensación. El aire todavía entra en nuestros pulmones. Si nos vamos acostumbrando a hacer este tipo de ejercicios durante el día, llegará un momento en que diremos : “ya no quiero dormir más, prefiero estar en el estado de la mente despierta, que está en el momento presente”.
¿Cómo vivir el presente?
Y este ejercicio de meditación caminando lo podemos realizar en casa también. Estamos en la habitación y tenemos que ir a la cocina para recoger algo , luego tenemos que ir a recoger otra cosa en el dormitorio, pues podemos aprovechar y practicar la atención mientras andamos por la casa.
Quizás hemos estado sentados en el ordenador , totalmente involucrados en lo que estábamos haciendo ahí, pero de repente tenemos que levantarnos para ir a buscar un vaso de agua. Mientras vamos del ordenador a la cocina para ir a buscar el vaso de agua, nos tomamos estos momentos como un descanso y practicamos la meditación de andar, notando los pies, respirando, relajándonos… y cuando volvemos al ordenador con el vaso de agua y han transcurrido 2-3 minutos en los cuales hemos estado meditando.
Si uno está cocinando, uno puede estar pelando zanahorias o patatas y uno puede estar ahí también en el momento presente. La cuestión es que si uno habla mucho, pierde esta conexión. Si una persona quiere despertar tiene que intentar hablar menos, porque cuando habla menos le es más posible estar conectado consigo mismo y con el momento presente.
¿Para qué vivir el presente?
Toda esta serie de pista sobre cómo meditar durante el día nos conducen a aprender a observar qué sucede en nosotros: aprendemos a observar qué está sucediendo en nuestra mente, sin juzgar, el observador que sabe pero no juzga: qué estoy sintiendo, qué me está pasando, por qué. Aquí empezamos a aprender a prestar atención a las emociones, a las sensaciones que van surgiendo , y también vamos siendo consciente de qué tipo de tendencias dominan nuestra vida, qué tipo de hábitos tan fuertes tenemos que nos arrastran.
Tu potencial es mayor del que imaginas
Si hasta hemos estado soñando y durmiendo, automáticamente hemos respondido a todos los estímulos de nuestra vida, no hemos tenido elección, pero a medida que vamos desarrollando la conciencia vamos dejando de actuar automáticamente y podemos elegir. En cada mometo de nuestra vida, ya no tenemos que actuar por hábitos, sino que podemos elegir . Ayer actué de esta manera, pero hoy quizá puedo actuar de una manera diferente. Elegir las reacciones es algo que solamente puede hacer una mente despierta. La mente dormida vive arrastrada por las tendencias, una vida de reacciones, de costumbres, repetitivas, es aburrido, predecible, los amigos ya saben cómo vamos a reaccionar antes algo, ya nos conocen, somos así de predecibles y de automáticos. En cambio una mente despierta, elige, y no es siempre igual, porque a cada momento, en cada instante de conciencia hay elección. Nuestra conciencia funciona instante a instante, y en cada instante de nuestra vida podemos elegir lo que vamos a elegir, lo que vamos a hacer o lo que vamos a pensar a continuación.
En conclusión, una mente despierta actúa pues no guiada por automatismos, tendencias, sino por conocimiento y sabiduría.
Autora: Lucia Rodríguez Brines
Apasionada e investigadora de la mente humana. Respeto el sufrimiento humano y procuro ayudar a disminuirlo. Convencida, como psicóloga y como meditadora, de que.existe un proceso de evolución de la psique del ser humano. Cómplice del desarrollo de conciencia y valores humanos.
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