¿El final? la psicología evolutiva es la rama de la psicología que nos recuerda algunos aspectos propios de la etapa final de la vida. el psicoanálisis, otra rama de la psicología, añade, como siempre, los aspecto que no nos gusta ver sobre el “tema”. La sociología, por otro lado, añade algunas novedades referentes a la situación actual de la vejez: parece que habría dos “momentos” en la etapa denominada vejez: el inicio, con la jubilación, salida del mundo laboral remunerado y una segunda parte en la que aparecerían como prioritarias las situaciones físicas y psicológicas de cambios y vulnerabilidades diversos.
Des de esta perspectiva más bien socio-psicológica encontraríamos que la situación actual de las personas, hombres y mujeres, en las sociedades consideradas desarrolladas, se ubica en el grupo podríamos decir “vejez 1”. Esta primera etapa de la vejez no responde ni a la categoría de adultos (no están en el mundo del trabajo) ni a al propiamente denominada vejez-enfermedad.
Son personas mayoritariamente sanas y participativas a nivel social (en organizaciones, cuidado de hijos y nietos, viajes, etc). y personal (salud y moda, lectura, cuidado corporal, etc), con más herramientas mentales para afrontar aquello que des del psicoanálisis se dice que hemos de afrontar: la muerte, no sólo en sentido físico, sino en un sentido emocional y general.
Relacionadas con la etapa del fin de la vida encontramos: el cuidado de los propios padres, la finalización de la vida laboral, poder elaborar un sistema mental positivo en relación a la posibilidad de cambios sociales, la sensación que “ya no podemos hacer nada” y la búsqueda de campos de ocupación personal, así como la evaluación de lo que hemos vivido, positivo o negativo, y sus consecuencias.
Le hemos de sumar los cambios de pareja como una característica de esta etapa, que no se daba en tiempos anteriores, el encuentro con la viudez y/o soltería, la crisis de los conceptos económicos como las pensiones de jubilación… todos estos aspectos conforman un contexto mental propio, diferente, y que puede generar estados de ansiedad y angustia, momentánea o permanente.
Para afrontar toda esta realidad que pasa y pasará inexorablemente nos hará falta reflexión y acción. La reflexión para compartir y encontrar soluciones a los problemas personales y sociales existentes en el mundo y al entorno más personal y relacional. Al final y al cabo, todos nos veremos en esa misma situación de aquí a un tiempo.
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