Muchos somos los inagotables corazones que buscamos con ahínco el equilibrio en nuestra vida, en nuestro sentir. Unas veces nos jactamos de comprendernos muy bien, a la milésima, y otras en cambio, nos embarga de golpe una confusión sobre nuestros giros y giros que da nuestra mente alrededor de ideas, conceptos, intereses, motivaciones, sentimientos…
¡Ay los sentimientos!
Las personas emocionales o sentimentales se llevan la peor parte en relación al autoconocimiento. Siempre andan aprendiendo y no hay descanso ni tregua. Lo que necesitan esas personas es dejar de pensar especialmente, para que lo bueno que tenga que decir el corazón se exprese solo.
Si a tu caracter emocional le añades muchos pensamientos sin rumbo puedes viajar a la deriva, conduciendo el barco de tu ser.
Pero si aprendemos de nosotros mismos,….¡podemos obtener ventajas! Por ejemplo, hay quien le asusta perderse con el automóvil por lugares desconocidos, o quien descubre que le asusta entablar conversación con el sexo opuesto, o a quien le asusta dar su opinión en reuniones sociales. Todo eso son manifestaciones de patrones emocionales irracionales: emociones mal dirigidas. Si nos entrenamos en anticipar esas circunstancias podemos ganarle la batalla al reproche, la autocrítica, el miedo…
¿Cómo entrenarnos en anticipar las circunstancias?
Sólo tienes que saber cuáles son tus puntos débiles, como los que he citado al final del párrafo anterior. Esos puntos débiles no son más que circunstancias. No describen cómo eres. Lo que sucede es que no puedes ver a diario y constantemente todas las grandes facetas que te caracterizan; a menudo parece que lo malo destaque sobre lo bueno que tienes.
Punto número 1: toma nota de esas dificultades y no creas que te definen. Sólo son inseguridades etc que surgen en momentos determinados de flaqueza.
Punto número 2: no creas que debes cambiarlas a prisa (“¿cómo me sucede esto a mí?” “soy una idiota”, etc). Sólo permanece cerquita de un elemento inmutable en ti, que siempre te acompaña: tu respiración. Busca sentir la SENSACIÓN del respirar en tu vientre, en tu abdomen. Inhala y exhala . No pretendas que desaparezca esa inseguridad. Sólo…¡no la juzgues! Acéptate como eres. Entonces podrás ver tu genialidad aflorar. La genialidad de los genios, sí. Esa misma genialidad tiene inmensas ganas de manifestarse.
¿Cómo podemos permitir a esa genialidad manifestarse?
Volviendo a tu respiración y no juzgar aquello que observas en ti.
Otro recurso muy potente es…
Punto número 3: cuando hayas identificado aquellos patrones emocionales habituales (por ejemplo: miedo a hacer peticiones o aclaraciones a los demás, etc, etc), puedes reflexionar sobre otra manera de verlo. Pongamos que siempre has pensado que no te gusta perderte con el automóvil y que por ello era pésima conductora, ya que experimentas mucha ansiedad y te acusas de estúpida. Pues reconocerlo es tu oportunidad para darle ahora otro enfoque: “oye, no me gusta perderme pero es divertido porque me encuentro sorpresas, sitios nuevos, retos, me equivoco pero sé rectificar! y es una oportunidad de experimentar con mis habilidades de conducción”. Es un ejemplo, pero es para entender que podemos cambiar el enfoque cuando hayamos identificado nuestras flaquezas, y así la próxima vez que te encuentres con tu punto débil, lo valorarás de otra manera, pudiendo así relacionarte de forma más sana.
Si necesitas orientación o tratar algún tema específico de malestar en tu vida personal, laboral, académica… puedes contactar a través del formulario de contacto de la web, del email info@psitam.com y teléfono o WhatsApp 678 109 202.
gracias por el libro