Actitud positiva.
Si deseamos pasar unas felices vacaciones de verano debemos cultivar una actitud positiva. Afrontr con optimismo el tiempo vacacional aceptando los posibles contratiempos que puedan suceder. Lo más importante es asumir que no podemos controlarlo todo y que no siempre obtendremos lo que queramos inmediatamente. Las claves para el bienestar y la relajación son la no exigencia, no pedir más que estar conectado con uno mismo y con la familia, amando y aprovechando cada momento, lo cual puede significar únicamente cosas pequeñas y sencillas: descanso, dormir una siesta sin sentirse culpable, hacer limpieza o montar un mueble en compañía de la familia, compartir desayunos, comidas y cenas sin encender la televisión, (si damos el paso no temáis quedaros sin temas de conversación, éstos siempre afloran, aunque el mismo silencio, si no es por resentimiento, puede ser un valor apreciado que fomenta la intimidad emocional en la familia).
Unión familiar.
Buscar la unión familiar en todas las actividades. De esta manera todos los miembros de la familia tanto mayores como pequeños se sienten apreciados y queridos. La unión familiar puede cultivarse en los espacios comunes de las comidas, alargando las sobremesas para poder compartir momentos, anécdotas y risas. Repartirse y cumplir tareas, así se fomenta la cooperación y la solidaridad. Buscar actividades que gusten a todos los miembros de la familia y que toda la familia pueda participar.
Entregarse.
Aprovechar el tiempo de verano para entregarnos a los que nos rodean. Podemos acceder a lo que nuestros familiares nos pidan para pasar tiempo juntos. Podemos aprovechar para visitar familiares que viven lejos, o realizar algún voluntariado en familia, dedicar más tiempo a los abuelos etc.
En definitiva, las vacaciones de verano deben incluir pasar tiempo de diversión en familia, pero tiempo de calidad, en lugar de realizar atropelladamente actividades, lo cual nos pueden llevar a necesitar vacaciones de las mismas vacaciones. Las vacaciones en este sentido deben destinarse también al descanso sin culpabilidades, tanto hijos como padres.
¿Qué tipo de actividades son positivas para los niños durante las vacaciones?
Según los expertos actividades distintas a las del resto del año, incluyendo también el aburrimiento, aprender a estar aburrido es importante y necesario para la madurez psicológica. También se pueden fomentar actividades de colaboración y participación de los padres como ir en bicicleta, hacer kayak, jugar a un juego de mesa…etc. El objetivo es que los padres se incluyan en las actividades y promuevan el ocio al aire libre, etc.
¿Deben mantenerse las rutinas?
Es recomendable ser flexible. La clave es el equilibrio. Hay que saber explicar los límites evitando el argumento de la autoridad. Se requiere reforzarlos y alabarlos cuando cumplen las normes, pero a su vez, se les debe dar Rienda suelta y libertad para divertirse, fomentar la imaginación y la creatividad.
Los expertos proponen organizar las vacaciones por semanas. De esta manera, el niño/a sabe qué hará (los niños necesitan sentir seguridad para crecer y desarrollarse psicológicamente –por esta razón por ejemplo necesitan que les cuenten el mismo cuenta cada noche antes de dormir, por ejemplo-, aunque también se recomienda ser flexible y adaptarse, cualidad de madurez psicológica muy importante a fomentar en el aprendizaje del niño.
¿Y los deberes?
¿Los niños deben hacer deberes durante las vacaciones? Depende de cada niño y del mensaje que se quiera transmitir al niño por parte de los padres. Si se le quiere hacer notar que nos sentimos orgullosos de su esfuerzo durante el curso, la actitud más coherente es dejarles disfrutar de las vacaciones sin tener que estudiar (o estudiando una pequeña porción del día); pero si consideramos que no han cumplido sus responsabilidades tendrán que incorporar espacios de estudio en su rutina.
Para finalizar,
Los expertos recomiendan que se potencien actividades de movimiento. El conocimiento académico, los deberes, etc, ya está muy trabajado durante el curso, en cambio, otras habilidades y capacidades cognitivas, emocionales, etc pueden potenciarse durante este periodo vocacional: habilidades sociales, juegos sin tecnología, actividad física, educación emocional, humor, meditación mindfulness, etc. Estos rasgos son pilares para tener una vida feliz.
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