Obsesión por la belleza
Hoy se conocer que no tener atractivo físico y distorsionar tu propia imagen corporal (alterándola e infravalorándola, por ejemplo) constituyen factores de riesgo en psicopatología.
Desde un punto de vista cognitivo, el aprendizaje social distorsionado de la belleza, genera una discrepancia entre la imagen corporal ideal y la imagen corporal real, este salto se manifiesta en un autoesquema de defectuosidad/vergüenza, según Jung, o en esquemas de contenido negativo, según Beck.
Cómo quitarse el muerto de encima
El camino hacia la sanación de este conflicto pasa por la auto-reflexión y la actuación, pasar a la acción. Me explico: por un lado, necesitamos cuestionar todas esas creencias y actitudes que la sociedad, los medios de comunicación, nuestro entorno y nosotros mism@s hemos creado y aceptado como buenos. En primer lugar, podemos cuestionar esto:
¿Esto es realmente así?
¿es así en un 100%?
¿qué pruebas tengo de que este pensamiento sea cierto?
¿y de que no lo sea?
¿me resulta útil, me hace bien este pensamiento?
Esta clase de preguntas alientan el pensamiento racional y la reflexión (no la rumiación) acercándonos a una visión más realista y, por ende, más positiva, sobre el tema de nuestra preocupación (defecto físico, comparación…). El ejercicio consiste en reflexionar sobre esto para conducirte finalmente a una conclusión más ecuánime y realista.
A continuación, debemos pasar a la acción. Enfrentar nuestro miedo, ¡¡¡nuestro fantasma!!! Si nuestro fantasma es….”no soy lo suficientemente guap@” me expongo a él aunque esté muerta de miedo. 100% garantizada que el fantasma terminará teniendo miedo de ti. Simplemente se disolverá una vez que lo enfrentes.
¿Cómo llevar a la acción este miedo?
Si por miedo no te presentas a un chico/a, hazlo….
Si bajas la mirada cuando pasas cerca de alguien atractivo/a, mantenla….
Dejar de mirarte tanto en los espejos…(esto puede provocar que te juzgues con dureza distorsionando tu imagen y así se perpetúe el problema)
Llevando a cabo lo que te asusta y dejando de hacer aquello que te obsesiona sería un perfecto viaje hacia la sanación de este problema psicológico.
Por supuesto, siempre que lo requieras, puedes contar con la ayuda de un psicólogo/a que te acompañe y guíe en este trayecto.
me encanta