Cómo ser más positivo
Vigila tus pensamientos, porque se convierten en palabras.
Vigila tus palabras, porque se convierten en actos.
Vigila tus actos, porque se convierten en hábitos.
Vigila tus hábitos, porque se convierten en carácter.
Vigila tu carácter, porque se convierte en tu destino.
A menudo, las circunstancias que nos envuelven y nuestra percepción sobre ellas no nos permiten ver el lado positivo de cada cosa, al contrario, nos quejamos de nuestra mala suerte si nos sucede un contratiempo, no reconocemos las buenas acciones que realizamos, nosotros o los demás. Es un estilo de pensamiento pobre. Pero, ¡la buena noticia es que podemos cambiarlo!
Tan sólo requerimos cambiar una pequeña acción o pensamientos para que se convierta en una actitud y un hábito, así sembraremos las bases para dicho cambio.
¿Qué acciones o pensamientos nos pueden ayudar a ser más positivos?
Hay algunas prácticas eficaces, que citaré a continuación y que podemos emplear si nos resulta fácil de implementar y despierta nuestra curiosidad.
- Que cada mañana, lo primero que te digas al abrir los ojos por la mañana sean instrucciones de cómo te irá el día: “hoy va a ser un día muy productivo”, “hoy me dará tiempo a hacer todo lo que necesito hacer”, “hoy me lo voy a pasar muy bien”. Estas frases (cada uno se las personaliza, teniendo claro lo que se quiere) se pronuncian mentalmente con energía, y serán una inyección de energía que además nuestra mente probablemente cumplirá, ya que nuestro subconsciente se programa de alguna manera para conseguir esos objetivos.
- Apapachar. El contacto de corazón con las demás personas, los abrazos, los besos, las caricias, etc son fuente de positividad y nos ayudan a conseguir mejor y más rápido nuestros objetivos, sean cuales sean.
- Meditación. La meditación es una gran fuente de alegría y bienestar. Nos permite sacar al máximo nuestras virtudes, nuestra inteligencia y creatividad
- Agradecer. Reflexionar sobre todas las cosas positivas que tenemos (que suman muchas más que las que nos faltan). Hacer un ejercicio de tenerlas presentes todas, empezando una por una, nombrarlas, sentirlas, vivenciarlas.. des de la más elemental -como el aire que respiramos, el alimento…
- Hacer espacio para las cosas importantes. Lo urgente a menudo secuestra nuestra atención -facturas que pagar, proyectos que preparar, temas que arreglar, etc- pero debemos abrir espacios para atender a lo importante, que tal vez sea solamente respirar, estar consciente, relajarnos, estar con nosotros mismos en paz….
- Tomar más a broma los contratiempos. El sentido del humor casi merece una mención a parte, ya que es una poderosa herramienta. Ante un contratiempo como perder la cartera, tener que pasa la ITV, etc, es fácil rendirse al mal humor. Lo idóneo es sacarle humor.
Aquí van algunas ideas:
- Escribir: escribir en un trozo de papel higiénico la contrariedad en cuestión, luego tirarla al WC. También poner letra a la contrariedad que nos perturba con una canción con un fondo musical pegadizo o en forma de RAP…cantarla en alto, solos o con otros, esto nos distancia del hecho y nos impide enfadarnos.
- Imaginar: se trata de imaginar el contratiempo escrito en la palma de la mano. A continuación, extendida la mano, apretarla contra la nariz y mantenerla así, delante de los ojos. Caminar unos segundos con esta pose. La mano se alejará de la nariz sólo si se es capaz de encontrar un poco de humor al contratiempo o verle alguna ventaja, mientras tanto no despegarla de la nariz.
- Realizar una actividad física: correr, bailar con música alegre (moverse es incompatible con emociones de tristeza, ira…etc)
- Aceptar nuestros defectos y reírnos de ellos. Reírse de uno mismo es la máxima en salud mental. Además nos granjea la simpatía de quienes nos escuchan y damos la impresión de tener solamente un defecto, el del cual nos reímos.
- Pensar con más racionalidad, distanciarse de las interpretaciones exageradas o catastróficas que nos producen emociones exageradas (en lugar de tristeza, depresión, en lugar de rabia, cólera…etc). Para ello, necesitamos ser fieles a la realidad e intentar evitar expresiones como “nunca”, “siempre”, “jamás”, “todos”, “ninguno”. Intentar ser más objetivos y realistas ayuda a ser más positivos porque nos previene contra emociones devastadoras.
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