Vivir plenamente, de acuerdo con los propios valores, talentos y deseos, es sin duda, hoy, la búsqueda más codiciada. Realizarse: identificar y aceptar la propia misión de vida.
¿Qué es lo más importante para mí? ¿Cuál es mi razón de estar en la Tierra? ¿Qué debo hacer ? ¿Hay algún proyecto que salga de mi corazón? Todos somos llevados, un día, a hacernos estas preguntas porque son esenciales. El significado, los colores, la forma, la profundidad, la intensidad que le damos o le daremos a nuestra vida, dependen de nuestras respuestas. Que son evidentemente diferentes de una persona a otra, incluso en la misma persona en diferentes momentos de su vida. Juntas e incluso incompletas, nuestras respuestas dibujan una dirección, trazan un camino. Nuestra camino.
No te pierdas tu vida
Varios estudios han demostrado un vínculo entre una vida significativa y una buena salud mental y física. Por ejemplo, las personas con un alto nivel de significado en la vida son más alegres, menos ansiosas, menos deprimidas y menos hostiles que aquellas con un nivel más bajo de significado. Parece obvio, y sin embargo…
Una vida que tiene significado y valor a nuestros ojos es aquella que se alimenta de nuestro anhelo proifudo, dándonos así la sensación de existir plenamente. ¿Qué me hace vibrar? ¿Qué actividad, qué relación me da la sensación de estar más vivo, “más” yo mismo? Esta labor de sacar a la luz es la que viene proponiendo desde hace décadas la vasta corriente de la psicología humanista, existencial y positiva. De C.G Jung pasando por Viktor E. Frankl, Erich Fromm o Abraham Maslow, sin olvidar a Irvin Yalom.
Combinar sentido y placer
En esa corriente, la psicóloga e investigadora Míhaly Csíkszentmihályi forjó el concepto de flujo, el fluir. Este término describe el estado mental de una persona que se encuentra totalmente en plena conciencia, inmersa en una actividad cuya realización y realización le produce una intensa satisfacción. Esta actividad puede ser artística, espiritual, artesanal, educativa, deportiva…
Y si es imprescindible identificarlo es porque nos revela lo que da sentido y placer a nuestra vida. A estos dos componentes, Tal Ben-Shahar añade un tercero: nuestras fortalezas. Por ejemplo, para encontrar trabajo, empezaremos el proceso haciéndonos tres preguntas esenciales: ¿Qué tiene sentido para mí? ¿que és lo que me hace feliz? ¿Cuáles son mis puntos fuertes? “. La investigadora en psicología positiva, recomienda “tomarse el tiempo para cuestionarse a fondo”, luego “observar las tendencias que surgen”, luego “examinar los resultados e identificar áreas que se superponen ayudarán a definir el tipo de trabajo que se realizará”.. Así, nuestras elecciones dan un eje rector a nuestra vida, sin el cual sería un borrador de existencia. Pero como escribió León Tolstoi en una carta a su hija: “Una vida que no está guiada por ninguna idea rectora es una existencia miserable. »
Encontrar la misión de vida de uno, o como la entrenadora y psicoterapeuta, Virginie Tesson lo expresa muy bien: dejar que se revele a nosotros, requiere que nos sumerjamos en nosotros mismos para identificar nuestro deseo profundo y que estemos atentos y receptivos a las señales y oportunidades que nos envía el universo, el azar, los demás.
La alegría de vivir en la clave
Una vez identificada, su misión queda por ser puesta en acción. Esto es importante porque podemos dejarnos arrullar por la ilusión de que las cosas sucederán solas, que el destino actuará en nuestro lugar. Sin embargo, es la acción, el sentido de compromiso, la que configurará una vida más cercana a nuestro anhelo profundo.
Tendrás que soltarte, despegarte de tus creencias y vencer tus resistencias, pero también conectarte con aquellos que comparten los mismos valores y que viven a diario su misión de vida. Es la energía del colectivo y su saber hacer las que dan las claves y la fuerza para seguir adelante. Ya sea que decidas o no hacer de tu misión de vida una profesión, lo que importa es tener la sensación de estar de acuerdo contigo mismo, y expresar lo más posible, personalidad y habilidades, en relaciones y actividades gratificantes. . Y aunque experimentemos dificultades o frustraciones, esta posición nutre lo que podemos llamar la alegría de vivir. Y eso es contagioso.
¿Por qué es tan importante descubrir la propia misión de vida?
Descubrir la propia misión significa responder al “Por qué” de nuestra vida. Llena el vacío existencial respondiendo estas preguntas: ¿Por qué estoy en la Tierra? ¿Cuál es mi contribución al mundo? La misión de vida permite la realización de la persona; también se vuelve hacia los demás. Es un motor para actuar al servicio del bien común. ¡Acceder a la propia misión y cumplirla es sin duda la mayor obra de nuestra vida! Trae alegría profunda, revitaliza y trae nuestra contribución al mundo.
Así que no se trata sólo de encontrar el trabajo que más nos convenga…
En efecto, esta misión es mucho más que un trabajo o una actividad, abarca toda nuestra vida. Pero no inventamos una misión, no la construimos. La misión se deja encontrar. Accedemos a ella en nuestra interioridad acogiendo el sueño de nuestra alma. No es una meta a alcanzar, sino una dirección, un camino. La misión es para toda la vida, aunque su realización puede tomar varias formas.
Entonces, ¿cómo la dejamos venir a nosotros?
Primero, dejar ir: romper con lo que nos mantiene en el pasado para dejar que suceda lo nuevo. También es un momento para liberarse de una herida y encontrar la unidad dentro de sí mismo. Entonces es el intermedio para descubrir el “¿quién soy yo? “: partiendo de nuestras cualidades visibles, explorando partes ocultas en nosotros para acceder a nuestra identidad real. Y finalmente descubrir nuestra misión recordando los momentos más destacados de nuestra vida, experiencias en las que nos sentimos plenamente vivos, realizados, entusiasmados. Una persona que cumple su misión se vuelve como una lucecita que atrae a los que buscan la suya.
Autora: Lucia Rodríguez Brines
Apasionada e investigadora de la mente humana. Respeto el sufrimiento humano y procuro ayudar a disminuirlo. Convencida, como psicóloga y como meditadora, de que existe un proceso de evolución de la psique del ser humano. Cómplice del desarrollo de conciencia y valores humanos.
Si estás interesad@ en conocer nuestros servicios de psicología y mindfulness, puedes escribirme a info@psitam.com y estaré encantada de atenderte.
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