Polifacética y ampliamente compartida, la ansiedad campa a sus anchas en nuestras sociedades industrializadas y juega al escondite con nuestros nervios y nuestra razón. Revelar sus diferentes máscaras nos ayuda a combatirla mejor.
¿Se está convirtiendo la ansiedad en el nuevo mal del siglo? Según los estudios , un 40% de la población española tiene ansiedad. Y las mujeres, se ven tres veces más afectadas que los hombres, sobre todo si son cabezas de familia monoparental.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí ?
Mientras que los pacientes de Freud vivían en la culpa, la vergüenza y el miedo a la sexualidad, lo que sufren los individuos hoy es una “trágica incapacidad” para formar una identidad relacional, para saber quiénes son socialmente, cuál es el significado de su vida, por qué toman decisiones. Y viven esta situación como un verdadero trauma que se manifiesta cada vez más por esa forma de angustia que es el ataque de pánico -en que la persona tiene la sensación de volverse loca, de vivir en un mundo irreal, sin entender qué está pasándole.
Tipos de Ansiedad
Con su naturaleza tan alarmante, el ataque de pánico no se parece mucho a la idea que tenemos de la ansiedad. Cuando pensamos en ésta, más bien pensamos en Woody Allen y todos aquellos, como él, que se preocupan por todo, imaginando lo peor, hasta el punto de parecer horripilantes (o ridículos): ante una propuesta de vacaciones en Nápoles, piensan en la erupción del Vesubio; en el amor, si la llamada del amado se demora, están convencidos de que es la ruptura, demasiado preocupados para salir de vez en cuando; al enterarse del aumento del desempleo, se ven a sí mismos como personas sin hogar…
De hecho, la ansiedad es una entidad clínica que agrupa manifestaciones que no parecen pertenecer a la misma familia: las fobias, cuando cristalizan sobre un objeto concreto (el avión, las arañas, etc.); TOC o trastorno obsesivo compulsivo, que se manifiesta en rituales irracionales (lavarse las manos varias veces seguidas, controlar constantemente que la puerta o el gas estén cerrados); TAG o trastorno de ansiedad generalizada, cuando invade cada segundo de la existencia. Finalmente, los psiquiatras que tratan a supervivientes de accidentes, ataques o agresiones también se enfrentan a esta forma particular de ansiedad que es el estrés postraumático, una sensación permanente de peligro duplicada, por la noche, por pesadillas recurrentes.
En resumen
La ansiedad es por tanto, simultáneamente, una patología que requiere tratamiento, un temperamento y una forma de estar en el mundo. Más allá de su carácter incapacitante, es sólo una exageración del estado de vigilancia extrema, que ha permitido y permite a nuestra especie sobrevivir a los peligros que le aguardan. Esto explica por qué todo ser humano ha experimentado algún día este sentimiento y pasa por fases de ansiedad en su vida. A partir de cierto umbral de voltaje, el sistema nervioso entra en pánico.
Angustia o ansiedad
La boca seca, la garganta constreñida, el corazón acelerado que a veces da la impresión de que está a punto de soltarse, el intestino que se retuerce y se nos dobla en dos… ¿Quién no ha sentido nunca estas dolorosas sensaciones? Si la ansiedad se forma en la cabeza, desborda la psique e invade el cuerpo. Según los psicoanalistas, la fibromialgia, con su dolor difuso y recurrente sería una manifestación psicocorporal de la ansiedad.
En cuanto a la hipocondría -la persona cree que padece de forma permanente un cáncer u otra enfermedad grave no diagnosticada- es considerada por los psicólogos como una expresión de ansiedad ante la muerte.
Hay algunos psicólogos que prefieren el término angustia. Para este último existen dos formas fundamentales: la angustia de separación (o abandono), ligada a la angustia original del infante incapaz de sobrevivir solo; y la angustia de castración, mezclada con la culpa, ligada a las primeras emociones sexuales de la vida que, más tarde, toma la forma del miedo a la muerte. El psicoanálisis dice que la ansiedad (o la angustia) resulta del sentimiento de carencia: falta del otro, miedo a perderse, falta de puntos de referencia, falta de una figura tranquilizadora en la que apoyarse.
¿Nacemos ansiosos o nos volvemos ansiosos?
Las predisposiciones genéticas y bioquímicas que hacen que nazcamos con un temperamento ansioso ya son perfectamente identificables. Otro factor importante: el medio ambiente. Los padres preocupados generalmente transmitirán su visión del mundo a sus hijos aunque, en una familia, un hermano o una hermana jueguen, como reacción, la carta del optimismo. Prueba de que la ansiedad, hasta cierto punto, es evitable.
Christophe André también recuerda que no es tan catastrófico: “Los ansiosos son muy apreciados profesionalmente, con su constante necesidad de entregar su trabajo a tiempo, su atención al detalle, su búsqueda de lo mejor siempre. Un estudio de 2016 realizado por investigadores del King’s College London encontró un fuerte vínculo entre la creatividad y la ansiedad. Y es lógico: buscando constantemente soluciones para escapar de las catástrofes que prevén, las personas ansiosas activan sus neuronas desde la mañana hasta la noche.
Autora: Lucia Rodríguez Brines
Apasionada e investigadora de la mente humana. Respeto el sufrimiento humano y procuro ayudar a disminuirlo. Convencida, como psicóloga y como meditadora, de que existe un proceso de evolución de la psique del ser humano. Cómplice del desarrollo de conciencia y valores humanos.
Si estás interesad@ en conocer nuestros servicios de psicología y mindfulness, puedes escribirme a info@psitam.com y estaré encantada de atenderte.
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