Náuseas, sudores fríos, parálisis, huida… La ansiedad se expresa primero físicamente, a veces con violencia. ¿Cómo luchar contra sus síntomas? Consejos para sobrellevar la situación y calmarse.
Como todas las emociones que nos atraviesan, el miedo es ante todo un evento del cuerpo, una solución biológica de la vida, como la respiración, la digestión, el sueño. Realiza la función de velar por la integridad de la vida misma. Es una alerta, una señal, y las manifestaciones que provoca son generalmente desagradables: náuseas, aceleraciones del corazón, sudores fríos … porque su finalidad es hacernos actuar.
Cuando nos sorprende una emoción, nos damos cuenta de que algo simplemente sucedió gracias a nuestros sentidos alterados y afectados; Nuestra reacción tiene un sentido: apunta a mantener nuestro equilibrio estructural perturbado por lo que acaba de suceder. Somos un cuerpo vivo y nos guste o no, nuestras amígdalas nos lo recuerdan. Todo lo que sigue a estas manifestaciones físicas será una elaboración mental. Es como si la mente se apoderara de lo que acaba de desarrollarse corporalmente. El cuerpo es capaz de armar un escándalo. Frente al miedo, podemos por tanto distinguir la reactividad corporal de lo que nuestro cerebro límbico y nuestra corteza [que se encarga de la memorización y del significado que damos a los eventos] hacen con éste. Pueden construir historias muy hermosas, pero también muy dramáticas.
Para intentar acabar con los males del pasado y los miedos del futuro. Aquí hay tres ejercicios calmantes que también pueden ayudarnos a reconectarnos con nuestra animalidad.
Ocupa tu espacio interior
Para distinguir la sensación del sentimiento psíquico se recomienda enfocarse en lo que estás sintiendo en tu cuerpo, teniendo en cuenta que nuestras sensaciones no somos nosotros sino que están ahí, presentes, y luego permítete dos respiraciones antes de actuar.
Concéntrate en tu respiración
Esto reducirá nuestras sensaciones físicas emocionales y nos alejará temporalmente de nuestras rumiaciones. En caso de ansiedad, para disminuir la frecuencia respiratoria y cardíaca, se surgiere una respiración rápida en cuatro tiempos iguales: un tiempo de inhalación tomando muy poco aire por la nariz y contando hasta dos; un tiempo de bloqueo, durante el cual no debe inhalar ni exhalar (en dos segundos); un tiempo de exhalación (en dos pasos); luego de nuevo un tiempo de bloqueo (en dos tiempos). Se aconseja hacer este ejercicio todos los días durante dos minutos. Con el entrenamiento, encontrarás que tu frecuencia cardíaca disminuye. Entonces, en cuanto sientas el comienzo de un miedo, no dudes en utilizarlo.
Caminar
Concéntrate en el contacto de tus pies con el suelo, en el ritmo que impulsa tu cuerpo y el profundo balanceo que sentimos. Caminar de esta manera te permite dejar de estar alerta, controlar tu entorno y concentrarte en ti mismo.
Autora: Lucia Rodríguez Brines
Apasionada e investigadora de la mente humana. Respeto el sufrimiento humano y procuro ayudar a disminuirlo. Convencida, como psicóloga y como meditadora, de que existe un proceso de evolución de la psique del ser humano. Cómplice del desarrollo de conciencia y valores humanos.
Si estás interesad@ en conocer nuestros servicios de psicología y mindfulness, puedes escribirme a info@psitam.com y estaré encantada de atenderte.
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