Si el principal motivo para no meditar en todo el año es el estrés, y el volumen de tareas acumuladas en nuestra agenda, el verano permite contar con un desahogo de tiempo, una inversión extra para dedicarnos a nosotr@s. A lo largo del año no sentimos que podemos dedicar tanto tiempo como nos gustaría a meditar o al crecimiento personal. Así que ahora es un buen momento.
La meditación en verano puede favorecerse de distintas maneras: acudir a retiros de crecimiento personal, retiros espirituales o de meditación, cursos intensivos de meditación, práctica de interiorización en la intimidad de tu hogar o en el tiempo reservado al ocio en tu día a día o en vacaciones. Los elementos naturales que podemos agregar son los paseos conscientes por la naturaleza, playa, montaña, … emplear la naturaleza como entorno favorecedor de la comprensión de uno/a mismo/a.
Para quienes no hayan practicado nunca meditación mindfulness, ésta ayuda a cultivar el momento presente, el amor a uno/a mismo/a, a sentirte tranquilo/a en cualquier circunstancia (elimina la ansiedad de la ecuación). No es un esfuerzo, sino un esfuerzo gozoso, algo que nos permite “volver a casa”, a morar en calma, a estar tranquilo/a (¡por fin!).
No te lo plantees como un propósito a partir de septiembre. Te sugiero aprovechar el buen tiempo, las posibilidades de la actividad al aire libre, la relajación propia de la disminución de la exigencia de trabajo, … todo eso te ayudará a empezar con buen pie la meditación.
A veces necesitamos recapitular y realizar cambios y ajustes sobre el punto en que nos encontramos y dónde queremos ir. Eso requiere discernimiento (para saber de qué te tienes que deshacer) y actitud positiva para creer en ti y en ofrecerte una mejor calidad de vida. Eso también involucra inteligencia de acción para actuar .
En definitiva, si deseas comenzar a realizar cambios en ti, no esperes más, comienza cuanto antes a darte cuenta de cosas en tu vida a las que debes renunciar (con gratitud por lo que te ofrecen, pero renunciar), y hacia dónde dirigirte (¡y cómo!). Ese conocimiento se obtiene cultivando tiempo de calidad contigo mismo/a (meditación, mindfulness y crecimiento personal).
Aquí os dejo una pequeña idea sobre cómo ser más positivo y alimentar nuestra mente de una forma nutritiva:
Apasionada e investigadora de la mente humana. Respeto el sufrimiento humano y procuro ayudar a disminuirlo. Convencida, como psicóloga y como meditadora, de que.existe un proceso de evolución de la psique del ser humano. Cómplice del desarrollo de conciencia y valofes humanos
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