Beneficios de las prácticas espirituales
La Psicología Positiva estudia los modos de afrontamiento, la prevención de las enfermedades, la promoción de sentimientos y estados positivos que protegen la salud psicofísica, afectiva, mental y espiritual del ser humano. Para Peterson y Seligman (2004), la espiritualidad es universal, todas las culturas tienen creencias sobre algo trascendente al ser humano.
A pesar de los numerosísimos estudios que avalan los beneficios de la meditación para la salud física , mental y emocional, psicólogos, psiquiatras, y médicos desconocen los tipos de meditación, la sanción espiritual, ya que no se incluye en el currículum formativo de los programas de formación de la medicina, enfermería, psicología y psiquiatría.
Beneficios de la meditación
La actitud de apertura de la conciencia permite el “darse cuenta” de lo que a uno le sucede, sin reaccionar automáticamente, logrando el desarrollo de procesos de mayor reflexión interior. Los estados de calma y estabilidad mental logrados mediante este tipo de meditación sirven como modos de protección ante el estrés cotidiano.
Se ha constatado que al ser aplicada en pacientes cardíacos y con quienes padecían psoriasis, depresión y altos niveles de ansiedad, la meditación ayuda en la disminución del dolor presente en tales enfermedades.
La meditación de plena conciencia promueve que las personas aprenden a respirar mejor (quienes sufren de enfermedades pulmonares y/o asma). Las personas logran un aprendizaje de un mejor cuidado de la salud corporal. La meditación permite alcanzar mayores niveles de vitalidad en quienes las practican.
La meditacion de “plena conciencia”(mindfulness) también resulta ser una herramienta útil para: el tratamiento del alcohol y las drogas, del dolor crónico, de los desórdenes de ansiedad , entre otros trastornos.
Relajación
La meditación también ha sido considerada como una técnica de relajación fisiológica que puede lograr una profunda relajación fisica. Wallace, Benson y Wilson (1984), demostraron que las personas que hacían prácticas de meditación mostraban un estado hipo-metabólico en el que predominaban cambios producidos a través de un consumo reducido de oxígeno, una actividad simpática disminuída y una relajación muscular. Benson y Proctor (1984), denominan a esto como“respuesta básica de relajación”. Este modelo fue y es empleado como medio para reducir los estados de tensión crónicos a través de la práctica diaria. Esta meditación puede ser usada como un componente del tratamiento para la reducción de la ansiedad mental, ya que los contenidos mentales que producen ansiedad pueden ser desensibilizados a través de la extinción o de otro tipo de condicionamiento.
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