Tu hijo ha perdido a su hámster y se muestra inconsolable; o tu hija no quiere comer ya que sus amigos se burlaron de ella … Algunos niños parecen más sensibles que otros. Esto preocupa o impacienta a los padres, que les gustaría verlos endurecer para resistir mejor los golpes de la vida. Pero no hay que olvidar que el circuito emocional de un niño aún no se ha completado, y que el niño/a no controla sus emociones. El adulto que ha sufrido por ejemplo una lesión puede poner las cosas en perspectiva: mide el grado de gravedad de la herida, sabe que el dolor terminará… El niño no tiene esta experiencia y se asusta al más mínimo cambio.
Aliéntale a expresar sus emociones
En lugar de utilizar argumentos para adultos ( “te voy a comprar otro hámster, que éste estaba enfermo …”) o impaciente ( “Es sólo un rasguño, ¡estás exagerando!”), los padres pueden mostrar empatía (“es bueno llorar, porque es difícil perder un ser que amamos / porque duele”), y promover la expresión de su emoción con palabras o lágrimas, que lo ayudan a evacuarlo. Nuestra sociedad no tiene la cultura de la emoción, ¡y a menudo olvidamos es necesario llorar y expresar!
Buscando el origen de su hipersensibilidad
Una reacción muy exagerada puede manifestar una falta de seguridad en el niño/a, o revelar otro sufrimiento del niño no relacionado con lo que aparentemente desencadenó la emoción – problemas de integración en la escuela, disputas entre sus padres … Una reacción violenta o desproporcionada también puede referirse a un duelo anterior, que no se expresó en ese momento. Cito como ejemplo el caso de un niño pequeño que llorando después de la explosión de su globo, lo suelta y dice a su madre: “¡El globo estalló, todo se muere, como el abuelo!”.
La hipersensibilidad nunca es trivial. En lugar de centrarse en el desencadenante (la muerte del hámster), los padres deben interesarse en buscar con su hijo la causa raíz de su emoción, tratar de ayudarlo a resolver su problema. Y si no tienen éxito, siempre se puede acudir a un especialista. En este sentido, un psicólogo nos ayuda a reaccionar correctamente a las emociones infantiles y a conocer y resolver las causas de las reacciones exageradas que pueden estar haciendo sufrir a nuestro hijo habitualmente.
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