Cada vez se está popularizando en el ámbito del diseño de interiores el efecto hygge. Corriente de interiorismo originaria de Dinamarca. ¿A qué hace referencia? Es un término importado de los países nórdicos que hace referencia a la importancia de crear un entorno armonioso y confortable en casa. Esta idea no es innovadora, muchas tradiciones culturales –como China o Japón- ya enfatizan la virtud de mantener un hogar limpio, sencillo y equilibrado (el feng shui, o el top super ventas La magia del orden de Marie Kondo, son algunos ejemplos de esta línea oriental).
El efecto hygge surge como una necesidad de diseñar un clima acogedor en el hogar debido en parte a la dura climatología de esas regiones. En cada país se adapta de una forma distinta según la personalidad y el folklore propio, pero todos se ciñen a unos colores suaves, más pálidos o más intensos pero nunca estridentes, ropa de cama y almohadones acolchados combinando estampados o no, pero siempre colores armonizados. Las velas y la iluminación en general es otro elemento importante, debido en parte a la pálida luz diaria de los climas fríos. Se colocan puntos de luz y velas en sitios estratégicos o insólitos, como el cuarto de baño. Otro clásico en esta corriente de decoración de interiores son las alfombras, de frecuente uso en salas de estar, dormitorio o cuarto de baño.
No hay que menospreciar el impacto psicológico que causa un entorno cómodo que te envuelve en una atmosfera de calma.
¿Cómo influye la decoración en el bienestar psicológico?
Se llama psicología ambiental, la rama que estudia cómo afectan las variables del entorno físico a la psicología. Estas variables del entorno físico están comprendidas por la temperatura, la luz, el sonido, el color y el espacio.
“La percepción del entorno afecta a nuestras emociones”
Estado de ánimo
A la hora de acondicionar las distintas estancias de la vivienda es importante saber que todas las decisiones que tomemos (colores, muebles, complementos decorativos, textiles, texturas…) afectarán no solo a la percepción del espacio, sino a nuestras emociones. Así pues, sería ideal dedicarle a esta tarea el tiempo y el esfuerzo (¡gozoso!) necesarios.
2. Orden acompaña a bienestar
Además debemos saber que el desorden provoca caos en nuestro interior. Por eso, es importante que procuremos que tu hogar esté siempre en orden. Para ello es vital no llenar las estancias de muebles, sino que los espacios queden despejados. Además, es importante rodearse de materiales naturales, ventilar la casa diversas veces al día, añadir flores y plantas, y colocar objetos que traigan buenos recuerdos.
3. ¿Te permites cuidarte?
Más de todas estas razones, el efecto hygge es el gusto por tratarse bien a uno mismo. Cuando nos amamos a nosotros mismos, lo expresamos de todas las formas posibles. Cuando esta expresión está bloqueada hay que detectar la causa. ¿Me siento superficial si decoro mi casa, la pongo bonita…? ¿me da pereza invertir energía en esto más allá de lo indispensable? ¿Disfruto o me siento obligada a hacerlo? Sea cual fuere el caso, tanto si es por baja autoestima como si es por una creencia y un miedo a ser superficial o materialista, la consigna es la misma: empléate a ello.
4. Mejora tu autoestima decorando
Como decíamos, tu autoestima mejorará si te aplicas en vestir tu casa con colores agradables, en comprar detalles bonitos para cualquier rinconcito, si dedicas tiempo y esfuerzo en elegir aromas agradables para tu hogar o inviertes dinero en cojines mullidos, una lámpara con luz cálida,… No es una trivialidad. Todo ello forma parte de un trabajo interno por cuidar de uno mismo, sentirse bien y merecedor de felicidad y comodidad. Cada vez que hago esto me estoy ofreciendo cuidados. Me ofrezco una almohada irresistiblemente cómoda (cuando siempre he notado que la que tenía me producía dolor cervical), por ejemplo, o unas flores, o unas fotografías divertidas de mis seres queridos enmarcadas con buen gusto y elegancia.
Existen más motivos para interesarnos por implementar el efecto hygge en nuestra vida. Nos aportará deseos de compartir nuestro hogar con nuestros amigos y seres queridos; si además añadimos elementos que fomentan el encuentro social (un asiento redondo tipo Marrakech en la sala de estar, unas luces tenues, buena música y aromaterapia,…) nos apetecerá ser anfitriones siempre.
Generalmente, no hay mejor señal de salud mental que sentirte a gusto solo en casa con uno mismo, y esto lo puede lograr también el hecho de hacer tuyo el sitio con creatividad y alegría. Invertir dinero, tiempo y energía.
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