Según una investigación del Instituto de Estudios de la Familia de la UIC Barcelona, tener un hijo solamente puede disparar más estrés que tener más de uno. En el estudio han participado 9000 padres y madres de los 5 continentes.
Como comentábamos, la conclusión desprendida de la investigación es que tener un hijo único genera más estrés que tener más de uno. El estudio se ha realizado a partir de una encuesta sobre percepción del bienestar personal y su relación con la vida familiar y laboral. Esta investigación llevada a cabo por la Global Home Index se realiza cada año y en esta ocasión participaron 94 países sumando un total de 9000 padres y madres de familias de los cinco continentes.
El informe explica que en las familias con más de un hijo existe una colaboración de los hijos más grandes en el cuidado de los pequeños y esto aumenta la satisfacción psicológica, emocional y física de los padres. Sucede a la inversa en el caso de las familias con hijo único, ya que los padres se pueden agobiar más por la asunción de todo el peso del cuidado y educación del hijo, incluyendo los momentos de juego y creatividad, de estar por él/ella, y de compatibilizarlo con la vida laboral, educarle también para que aprenda a colaborar aunque no tenga hermanos (evitando así convertirse en un niño malcriado)… etc.
El bienestar emocional
La investigación reveló que los padres con un solo hijo/a puntuaron más bajo en: bienestar emocional, psicológico y social. Los investigadores se sorprendieron por los resultados y no hallaron una explicación concluyente. Una hipótesis que se baraja es que al tener un único hijo, el estrés que comporta la falta de experiencia provoca una pérdida de emociones positivas –área del bienestar emocional-, de cambiar las prioridades en la vida –puede entrar en crisis el sentido de propósito de la vida- y también disminuir las actividades sociales (área del bienestar social).
Cuando los investigadores intentan determinar los factores del estrés en las familias con un hijo único aparecen algunas explicaciones; podrían ser debidas a una falta de referentes para educar –no contar con un “protocolo” a seguir a la hora de educar y tener que “crearlo de cero”- o quizás que los padres experimenten una sensación de soledad a la hora de criar a su hijo. Este factor podría ser importante, aunque en España se conservan fuertes vínculos con la familia nuclear, lo cual permite sentir más apoyo social (factor protector contra el estrés).
Ventajas de ser hijo único
Popularmente está extendida la creencia que los hijos únicos son caprichosos, malcriados, egoístas, solitarios, etc. Pero las psicólogas Marian Elena López y MªTeresa Arango desmienten estos tópicos en su libro: el hijo único: consejos para la crianza de un solo hijo, resultado de 8 años de investigación.
Las autoras revelan que los hijos únicos no han de compartir el afecto de sus padres con otros, y por esta razón suelen desarrollar una fuerte autoestima. Además, el ambiente en el que crecen es más tranquilo, ya que no han de competir por los recursos con otros hermanos, produciéndose así menos disputas y peleas.
Estos niños establecen des de temprana edad una relación muy próxima con sus padres y desarrollan una personalidad bien definida y un desarrollo intelectual más importante.
Promover la cooperación
Los padres que tienen un hijo único pueden trabajar para paliar los efectos de esta condición, es decir, para promover actitudes cooperativas, solidarias, de compartir, etc. Para que aprenda a compartir se pueden aprovechar las oportunidades de relación con su grupo de iguales, o si se cuenta con familiares con la misma edad puede promoverse su contacto y unión.
También se puede inculcar los valores de empatía, que se ponga en la piel de otros, autonomía, adecuada a su edad y desarrollo, etc.
Pero tampoco es necesario acomplejarse por tener un solo hijo, pues tiene muchas cosas positivas: todo el amor y atención van hacia él, en la logística familia y laboral se puede contar con el apoyo de las abuelas, etc. Los hijos únicos pueden anunciar a menudo su aburrimiento y demandar atención y juego, lo cual motiva a los padres para idear formas de entretenerlo. Pero los padres con más de un hijo comparten el mismo reto diario.
En definitiva, tener un hijo único presenta ventajas y ciertos inconvenientes. En el caso de los segundos, pueden prevenirse ciertas conductas y combatirse sus limitaciones potenciando los valores cooperativos, de empatía, es decir, trabajando en la educación emocional del hij@.
Si te gustaría aprender las bases para educar con normas, límites claros, un estilo educativo ni permisivo en exceso ni autoritario, o estáis experimentando -uno o ambos miembros- de la pareja estrés con el nacimiento de vuestro primer hijo podéis solicitar ayuda psicológica a través del formulario web o contactando por email o teléfono. Con algunas sesiones de psicoterapia podréis emprender con energías renovadas y más recursos esta nueva etapa.
Los hijos únicos cuando sean mayores van a tener que asumir una mayor responsabilidad con sus padres, cuidados y demás, que si la pudiesen repartir entre varios hermanos. Esto es un handicap para los padres y para el hijo.