Mojar la cama. Guía para padres

La enuresis es un problema de emisión incontrolada de orina durante el sueño en niños/as a partir de 5 años.
Afecta al 20 por ciento de los niños y muestra mayor prevalencia en los niños que en las niñas.

¿Cuál es la causa y por qué se mantiene el problema?

Una vez hemos descartado una causa física acudiendo al pediatra, hemos de revisar qué acciones como padres estamos llevando a cabo para solventar el problema.

Si deseamos que nuestro hijo/a domine y autocontrole esta incontinencia –o regule cualquier otra conducta o comportamiento- debemos promover que asuma la responsabilidad de sus actos. ¿Cómo? Tomando conciencia en primer lugar de sus acciones y adoptando un papel más activo.

Los niños que manifiestan dificultades para controlar la micción muestran una tendencia pasiva respecto al problema –que se extiende a menudo a otras esferas de su vida-. Todas las acciones y responsabilidad la asume el padre/madre para solucionar el problema. Los padres suelen implementar soluciones que perpetúan el problema sin darse cuenta: levantar al niño a hacer pipí por la noche para que no moje la cama, despertarse para ir a ver si ha mojado la cama y cambiarle si fuera necesario, vigilar que no beba agua a partir de cierta hora, ponerle pañal…. Son soluciones que consiguen resultados en el momento, pero que no resuelve el problema (para desconcierto y frustración de los progenitores).

SOLUCIONES INEFICACES Y CONTRAPRODUCENTES

¿Qué debemos dejar de hacer como padres? Las acciones que emprendemos –arriba citados algunos ejemplos- no ayudan al hijo ya que favorecen la inmadurez de la vejiga, fomentan la dependencia del niño y su conciencia del hecho. Si queremos que el niño/a aprenda a controlar la vejiga, hay que dejar de hacerlas.

LO QUE FUNCIONA

¿Qué soluciones eficaces podemos realizar? Explicar tranquilamente a nuestro hijo/a que hasta el momento lo que hemos intentado no ha mejorado la situación o resuelto y por tanto a partir de ahora dejaremos de llevar a cabo todas esas acciones y que él mismo/ella misma se hará cargo de la situación.

Hemos de dialogar con él y liberarle de sentimientos de culpa por el hecho de mojar la cama y le informaremos que practicaremos una nueva solución: que repare él/ella mismo/a si moja la cama (en lugar de presionarle para que deje de hacerlo, ya que el niño/a no lo hace voluntariamente).

También hay que averiguar a qué hora hace pipí para poder ayudarle en la supervisión personal.

EL KIT DE REPARACIÓN

Le dejaremos en su mesita de noche un kit de sábanas, el pijama de recambio y/o ropa interior y los utensilios de limpieza. Le enseñaremos a hacer la cama si no la sabe hacer y le explicaremos que se pondrá una alarma un poquito más tarde la hora en que frecuentemente se hace pipí. Cuando suene, mirará si se ha hecho pipí. Si no lo ha hecho, puede continuar durmiendo. Pero si se lo ha hecho, tendrá que repararlo y limpiarlo. La reparación consiste en hacerse responsable del acto de limpieza, lavándose y cambiando las sábanas. Este acto de responsabilidad es positiva para el niño/a ya que le ayuda a tomar conciencia total del acto.

REFORZARLE SU ESFUERZO

A final de semana podemos reforzarle por su avance en la integración del hábito, con premios sociales y actividades en familia agradables. Quedarse un rato más en el parque, organizar una sesión de cine en casa con palomitas o salir de excursión a algún lugar de su agrado.

EJERCICIOS FISIOLÓGICOS

Otra actividad paralela a la reparación y limpieza si moja la cama es que diariamente realice 2 ejercicios fisiológicos de control de la micción. Uno es favorecer la contención y no vaciar la vejiga cada poco tiempo, indicándole que aguante un poco si tiene pipí en lugar de ir al baño inmediatamente. El otro ejercicio es que cierre y abra la vejiga mientras hace pipí para interrumpir la micción y favorece el control de la vejiga. Estos ejercicios fisiológicos ayudan a que los niños se sientan activos en la solución.

EVALUAR LOS AVANCES

Una vez hemos implementado este tipo de intervención, veremos cómo progresivamente el niño mejorará su control significativamente.

Es importante evaluar junto al niño los avances y ofrecerle a él/ella toda la victoria. El esfuerzo ha sido suyo y por tanto lo ha logrado él/ella. La supervisión por parte de un psicoterapeuta también nos puede ayudar a abordar determinadas situaciones y emociones específicas relacionadas con el tema (si existieran) y también dando apoyo a los padres en el mantenimiento de soluciones funcionales.