Los expertos coinciden en afirmar que el punto de vista egocéntrico y una conducta social de aislamiento e indiferencia hacia el entorno están presentes en mayor o menor grado en ambos. A pesar de esto, se mantiene una opinión entre los expertos de que existe una clara diferenciación entre el Síndrome de Asperger y el autismo infantil, considerándose el primero como una manifestación independiente del autismo o, por el contrario, como parte del autismo, pero con un desarrollo cognitivo bueno y sin deficiencia grave.
Criterios del Síndrome de Asperger
Se establecen seis criterios presentes en el diagnóstico del síndrome de Asperger:
1) déficit en la relación social
2) dificultad o alteraciones en el lenguaje
3) existencia de un repertorio de intereses y actividades restringido
4) imposición de rutinas e intereses
5) disfunciones en la comunicación no verbal
6) anomalías en el desarrollo motor
En conclusión, el síndrome de Asperger se concibe como un trastorno generalizado del desarrollo diferenciado del autismo y que se caracteriza por la presencia de:
(a) una deficiencia cualitativa de interacción social
(b) patrones restringidos repetitivos y estereotipados de intereses y actividades
(c) el trastorno causa un deterioro clínicamente significativo de la actividad social, laboral y otras áreas importantes de la vida del individuo
(d) no hay retraso general del lenguaje clínicamente significativo
(e) no hay retraso clínicamente significativo del desarrollo cognoscitivo ni del desarrollo de habilidades de autosuficiencia con respecto a la edad, comportamiento adaptativo y curiosidad acerca del ambiente durante la infancia
(f) no cumple los criterios de otros trastornos generalizados del desarrollo ni de esquizofrenia
Sus dificultades en la comunicación no verbal afectan a su capacidad para comprender cómo actúan los demás y cómo entenderlos a través de comportamientos no verbales. Como consecuencia de esto, estas personas emplean un uso inadecuado del contacto visual y muestran otras dificultades como por ejemplo el uso de expresiones faciales que no se corresponden al contexto. Por otra parte, otra de las manifestaciones de esta disfunción social sería la incapacidad para establecer relaciones de amistad desde edades tempranas. Por ello, las conductas de aproximación al grupo –participar, compartir, ayudar…– no suelen aparecer y esto dificultará en gran medida el desarrollo del concepto de amistad.
Así pues, el juego cooperativo va a ser una asignatura pendiente en el desarrollo infantil de los niños con Síndrome de Asperger.
La carencia de empatía y reciprocidad emocional propia del síndrome de Asperger puede dificultar relaciones emocionales de disfrute con los otros niños, que se canalizarán mediante comportamientos indiferentes a los estados emocionales de los demás y de una conducta de aislamiento y solitaria con la que no demuestran interés alguno por compartir sus cosas con el resto. Esta carencia de reciprocidad emocional puede tener también repercusiones a la hora de reconocer sus propios estados emocionales.
Alteraciones de las habilidades pragmáticas del lenguaje y sociales.
Aunque en el síndrome de Asperger se produce un desarrollo bastante elevado en los elementos estructurales del lenguaje tales como el vocabulario y la sintaxis, ese desarrollo no se produce en la misma medida en sus habilidades para el manejo del lenguaje con intención comunicativa. Cuando emplean el lenguaje con una finalidad comunicativa se evidencia una carencia de reciprocidad conversacional con las demás personas: por ejemplo pueden realizar grandes monólogos y empleando un lenguaje más bien pedante y sofisticado.
Trastornos en la flexibilidad mental y conductual
Los estudios realizados sobre el Síndrome de Asperger indican que uno de sus rasgos esenciales es el interés obsesivo y una preocupación absorbente por algunos objetos, contenidos y actividades específicos. Este rasgo condiciona un perfil de comportamiento centrado en la obsesión por almacenar mucha información sobre lo que les gusta. Se manifiesta también en una marcada tendencia a las rutinas y a la adquisición de rituales y actividades concretas.
Tratamiento Síndrome de Asperger
El Síndrome de Asperger y su tratamiento es un tema que despierta mucha curiosidad. ¿En qué consiste pues una intervención psicológica en este trastorno?
La intervención tiene que ir encaminado a trabajar aspectos como las habilidades sociales y de comunicación, la restricción de la esfera de intereses y las rutinas obsesivas o repetitivas. También sería necesario abordar otros problemas como la torpeza física, los problemas emocionales y la ausencia de empatía, entre otras.
El programa de tratamiento más eficaz incluiría el entrenamiento en habilidades sociales y de comunicación, una intervención cognitivo-conductual para solucionar problemas emocionales o controlar los intereses obsesivos y una intervención para mejorar sus aptitudes físicas. Frecuentemente, se enseña a los familiares estrategias y consejos para que los puedan aplicar en casa.
En cualquier caso es importante informar de que si identificáis estas características en algún familiar o amigo es importante acudir a un profesional de la salud antes de intervenir para ayudar a esa persona a integrarse mejor en la sociedad.
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