¿Cuándo es buena señal estar solo o sola?
Casi siempre se señala la importancia de saber estar solo en contraposición a depender de otras personas, ya sean pareja, amigos, familiares… etc. Sin embargo, saber estar solo/a es un arma de doble filo. Por un lado, saber estar solo/a puede expresar seguridad, autoconfianza, inteligencia,… por otro lado, también puede implicar ciertos desequilibrios y conflictos interiores.
¿Cuándo es señal de alarma estar solo/a?
La soledad es una condición necesaria para el ser humano, ya que permite su autoconocimiento y autoexploración, pero en ocasiones, puede servir de defensa contra algo que nos asusta o incomoda.
Las personas con autoestima baja suelen huir de situaciones de intimidad emocional, ya que sienten que el débil concepto que tienen de sí mismos puede tambalearse. Si por ejemplo, se abren y dejan a descubierto sus debilidades o defectos pueden sentir que los demás los están juzgando, especialmente si mantienen una tendencia al perfeccionismo, a ver como antinatural el hecho de cometer errores o tener imperfecciones.
Preferir estar solo/a no sólo responde a la necesidad de soledad óptima para el cultivo de la habilidad psicológica de la introspección, sino que también puede manifestar problemas de estrés emocional.
En ocasiones, una persona puede atribuir su necesidad de estar solo/a a una legítima búsqueda de equilibrio emocional. Pero no pocas veces, las personas solemos utilizar la retirada social por ejemplo para rehuir emociones que no sabemos cómo gestionar. Por ejemplo, ante un desacuerdo en una pareja, un miembro puede escapar por carecer en ese momento de las habilidades de comunicación necesarias para expresarse y resolver el problema con asertividad.
¿Cuándo saber estar solo/a es un buen signo?
Saber estar solo/a es un signo de sabiduría (grandes eruditos y seres realizados constituyen un buen ejemplo) erigiéndose como un criterio para valorar el resultado del trabajo en crecimiento personal y realización de la conciencia.
No saber estar solo/a es un síntoma presente en la mayoría de trastornos emocionales. Indica miedo hacia la propia mente, sensación de vulnerabilidad y no ser capaces de generar emociones positivas por sí mismo/a. En este sentido, una persona que sabe estar sola y le gusta puede significar que se siente feliz, plena, que su concepto de sí misma (autoconcepto) es bueno (lo cual revierte en una buena autoestima), que siente que cuenta con suficientes recursos y habilidades para moverse en el mundo, con los demás, con los retos del día a día…etc.
En resumen,
Cuánto más trabajamos en nuestra psicología y conciencia, menos nos sentiremos amenazados por las circunstancias exteriores y las personas (puesto que todo es una cuestión de perspectiva).
A medida que uno camina hacia la autorrealización, experimenta cada vez más bienestar y plenitud en su vida diaria, esto provoca que ya no experimente tanto estrés emocional y por tanto no sienta todo como amenazante, pudiendo relacionarse más fácilmente con los demás. Al confiar más en uno mismo y en la vida, somos más amables y nos sentimos seguros.
Todo comienza instaurando hábitos que nos procuren autoconocimiento, inteligencia emocional y una orientación vital.
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