¿Cuál es el secreto de la atracción y la simpatía?
En el anterior post vimos si la primera impresión contaba o no. Pero cuando las personas se han conocido ya, ¿qué factores deciden si se caerán bien, habrá atracción o incluso si se enamorarán? Esto a lo largo de la historia ha propiciado muchas explicaciones, y ha inspirado poemas y canciones (en el caso del amor) que apuntan hacia la predestinación, etc.
Sin embargo, la psicología social también ha investigado este tema y dilucidado algunas posibles explicaciones más realistas.
Las investigaciones revelan que la atracción y la simpatía dependen de los siguientes factores:
- Proximidad
- Atractivo físico
- Semejanza
- Intercambio
- Intimidad
1. Proximidad:
Es el factor más determinante de la atracción. Lógicamente, cuánto más cerca se encuentran dos personas, más probable será que se interrelacionen. Cuánto más se relacionen, más se simpatizarán. Y a la inversa. Esto se explica por la seguridad que nos infunde lo que nos resulta familiar. Las personas familiares son predecibles y seguras, por eso son más agradables.
2. Atractivo
¡Nos influye mucho a la hora de juzgar el carácter de una persona! Inferimos que son más inteligentes, interesantes, felices, amables, exitosos, o que son mejores amantes y mejores parejas. Y aunque preferimos las personas atractivas, a la hora de la verdad elegimos amigos y parejas cercanos a nuestro propio nivel de atractivo físico.
Las personas guapas pueden creer que son buenas o adorables porque constantemente se les trata como si lo fueran (profecía autocumplida).
3. Semejanza
Compartir actitudes, intereses, valores, creencias…es una parte muy importante de la atracción interpersonal. Es importante para nosotros que se coincida con nuestros conceptos porque ello fortalece nuestras creencias y refuerza nuestra autoestima.
Si sabemos que alguien comparte nuestras opiniones, interes y/o valores experimentaremos sentimientos positivos hacia esa persona.
Cuanta mayor sea la cantidad de actitudes que comparten dos personas, mayor será la atracción entre ellas.
¿Entonces polos opuestos no se atraen?
La investigación no ha podido confirmar la creencia popular polos opuestos se atraen. La realidad es que las personas se atraen con personas parecidas. Incluso cuando parecen ser muy diferentes, se puede explicar como que son complementarios, por ejemplo: si a alguien le gusta mucho cuidar y al otro ser cuidado. Se complementa.
4. Intercambio positivo
Nos atraen las personas que nos reportan recompensas y aprecio (elogios, compañerismo, etc). Las investigaciones sobre el tema revelan algo interesante:
- Imagina que conoces una persona y que charlas en 3 ocasiones distintas. Si pasa de la indiferencia cortés de la primera conversación a una conversación amable y a la adulación en la última ocasión te atraerá más que si hubiera sido adulador/a contigo des de la vez primera
- A la inversa también ocurre: nos desagrada más que alguien nos retire su afecto habiendo sido amable (pase de buena a mala opinión de nosotros) que si hubiera tenido mala opinión des de que nos conocimos
5. Intimidad
La intimidad es la que marca el grado de confianza con una persona. Te abres al otro y el otro se abre a ti.
Cuando conocemos a una persona por primera vez, lo más habitual es hablar de temas más superficiales como el clima, actividades compartidas, etc. A medida que adquirimos más confianza con el tiempo, avanzamos a niveles de mayor intimidad: recuerdos, vivencias, anhelos, esperanzas, miedos….etc.
Para mantener una conversación equilibrada por lo general buscamos una revelación recíproca. Si yo te cuento algo vergonzoso espero que, a continuación, refuerces mi confianza en ti (para mantener un equilibrio), me cuentes una experiencias bochornosa tuya personal (“¿te ha pasado a ti algo así?”).
El ritmo de las confidencias hemos de tenerlo en cuenta. Si nos saltamos niveles y nos precipitamos ofreciendo demasiada información o demasiado pronto o bien a una persona que no está preparada para correspondernos, la otra persona se puede retirar y no proseguir la conversación.
En resumen,
Es más fácil jugar a adivinar qué personas pueden caernos o caerse bien entre sí o incluso enamorarse después de conocer estas conclusiones presentadas por la psicología social. Aún así, a veces nos podemos sorprender porque tampoco somos máquina de precisión exacta y puede haber variables que estén influyendo y no conozcamos.
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