A menudo, quienes se encuentran en el entorno cercano de personas con depresión sufren las manifestaciones de esta enfermedad también. Siempre se dice que el primero que sufre es el enfermo, pero los de alrededor experimentan otro tipo de sufrimiento, uno colateral.

A menudo, quienes se encuentran en el entorno cercano de personas con depresión sufren las manifestaciones de esta enfermedad también.

Los síntomas de la depresión son complicados de entender si no se experimentan. El efecto invalidante y de menoscabo de la energía mental y física que caracteriza a esta enfermedad no suele granjearse comprensión sino impotencia e incluso rabia de quien lo observa.

1. Averiguar en qué consiste la enfermedad

1. La depresión no es un episodio transitorio de tristeza.
2. No señala una debilidad de la persona.
3. No es una condición de la cual uno puede zafarse voluntariamente. Las personas que padecen de un trastorno depresivo no pueden decir simplemente “ya es suficiente, me voy a poner bien”. Sin un tratamiento adecuado, los síntomas pueden prolongarse durante semanas, meses e incluso años.
4. La mayoría de personas con depresión mejoran con un buen tratamiento.

2. Ayudar al ser querido a seguir un tratamiento adecuado

La depresión es tratable y debe ser tratada, no hay que demorar la búsqueda de ayuda. Se puede optar por la vía farmacólogica en casos de mayor gravedad en interacción con psicoterapia o psicoterapia únicamente.

Si su familiar es reticente a buscar ayuda, debe insistirle y animarle a consultar. La depresión no se caracteriza por el ánimo de hacer las cosas, así que debe ayudarle a ver la necesidad de seguir un tratamiento. Tu función puede ser muy importante. Puedes ayudarle a solicitar una cita e incluso acompañarlo.

3. Cómo actuar con la persona deprimida

¿Qué hacer para ayudar?

• Evitar los consejos tipo: “yo que tú…”, “yo haría” o peticiones demandantes: “haz esto en lugar de quedarte ahí y no hacer nada”. Esto magnificaría la culpa e impotencia que ya siente la persona que sufre
• Es muy positivo para tu ser querido que le tranquilices diciendo (repitiendo a menudo) que entiendes sus problemas, que no está loc@, que la depresión es una enfermedad que afecta a muchas personas y que mejorará con la ayuda adecuada y con tiempo
• La persona que sufre depresión es muy sensible a la colaboración y la ayuda en compras, limpieza, cocina… Podemos aprovechar e involucrarle o bien simplemente que la persona sienta que puede contar con nosotros.
• Puedes motivar a tu familia con compresión, afecto y paciencia a hacer pequeñas excursiones, salidas o a volver a aficiones que antes de la enfermedad le resultaban agradables. Pero cuidado con forzarle o exigirle demasiado porque puede ser contraproducente.

¡A tener en cuenta…!

• Una persona deprimida se agota muy fácilmente ya que continuamente lucha contra la fatiga y pensamientos negativos
• Cuando tu familiar o amig@ hable contigo mantén una actitud de escucha activa, sé abierto/a. Si la persona da vueltas a lo mismo y eso te irrita, puedes repetirte a ti mismo/a: “atención, paciencia, comprensión” como un mantra, esto puede ayudarte a recordar lo esencial si eres de lo que se impacientan con el dolor ajeno). No desacredites lo que te cuente pero índicale la realidad e infúndele esperanza

También puede ayudar…

• También es muy positivo que si detectas los esfuerzos que realiza tu familiar le demuestres sensibilidad (a través de una palabra, una sonrisa…)
• Si hay niños/as o adolescentes que conviven con la persona deprimida es aconsejable explicarles lo que sucede. Ellos/as son capaces de intuir que algo va mal y como tienen una gran imaginación pueden llegar a creer que ocurre algo más grave de lo que es en realidad o sentir culpa. Hay que dejar claro que se trata de una enfermedad y adaptándose a la edad y a la madurez del niño, se le pueden explicar los conceptos básicos de la depresión, y que requiere un tratamiento específico y que durante el proceso recibirán algo menos de atención.