Psicología adultos
En qué consiste la psicoterapia de adultos
Esta modalidad de terapia consiste en el vínculo entre el psicólogo y la persona únicamente. Durante las sesiones, pueden aparecer otras personas en las conversaciones cuando se necesite explorar ciertos aspectos de la persona en sus relaciones sociales, pero el proceso se enfoca a nivel individual.
Los malestares que padecen las personas que solicitan terapia son variados y complejos, afectan a la experiencia personal, la relación con los demás o dificultan de forma significativa sus actividades cotidianas. Por ejemplo, la depresión y la ansiedad son unos de los motivos de consulta más comunes.
Motivos de consulta en los que estoy especializada como psicoterapeuta:
- Duelos: pérdida de un ser querido, ruptura de pareja…
- Autoestima, inseguridad, dependencia emocional
- Crisis vitales
- Trastornos de ansiedad: estrés, crisis de ansiedad, ataques de pánico, fobias, obsesiones, etc.
- Trastornos del estado de ánimo: depresión, trastorno bipolar…
- Problemas de sueño: insomnio
- Problemas sexuales: impotencia, eyaculación precoz, anorgasmia, falta de deseo…etc.
- Trastornos de alimentación y obesidad
- Trastornos psicosomáticos
- Dificultades en la relación con los demás (ámbito laboral, social y/o familiar)
- Adicciones (juego, alcohol, drogas…)
- Orientación laboral o académica
Tratamiento depresión:
La depresión es una enfermedad multifactorial, es decir, producida por diferentes factores causales o circunstancias. Intervienen los rasgos de personalidad como factores de predisposición, estar expuesto a situaciones vitales estresantes y una herencia genética determinada.
Se considera depresión como un trastorno del estado de ánimo, que involucra la forma de pensar. Afecta a todas las áreas de la rutina de una persona: comer, dormir… y a sus componentes psicológicos: valoración de sí mismo (autoestima) y la manera en que uno piensa.
Cabe destacar que los afectos y estados de ánimo depresivos son frecuentes en la población. Se producen en situaciones puntuales en que nos sentimos “pesimistas”, “fracasados” o “tristes”. Se consideran fluctuaciones normales del ánimo. Pueden prolongarse de minutos a días y desaparecen como vinieron sin mayor trascendencia ni gravedad.
Una enfermedad o trastorno depresivo se distingue por la duración e intensidad de los síntomas y especialmente por los problemas en el desempeño social, familiar, laboral, etc. Puede variar también en gravedad: depresión mayor, distimia, depresión posparto… En algunos casos alcanzan incluso cuadros psicóticos de melancolía.
Tratamiento ansiedad:
La ansiedad es una emoción natural y no constituye un problema. Por ejemplo: si subo a un rascacielos y salgo a la azotea, me agarraré a la barandilla porque me protege. La ansiedad normal te hace pedir ayuda, te da herramientas.
El problema es cuando surge la ansiedad patológica, ya que interfiere en el desempeño de la vida cotidiana. Se considera ansiedad patológica cuando la ansiedad se prolonga excesivamente (mucho tiempo después de haber realizado un examen, por ejemplo), o es desproporcionada al suceso (por eje., someterse a una operación de cirugía estética porque se sienten mayor el día que cumple años).
Por definición, la ansiedad patológica se caracteriza por la exageración, Magnifica la amenaza e infravalora las capacidades propias para resolver el problema. Uno/a lo vive como que se acaba el mundo y no consigue separarse de la sensación de amenaza.
Existen diferentes tipos de trastornos de ansiedad, algunos de ellos se especifican en esta página: fobias, trastorno obsesivo compulsivo, ansiedad generalizada, trastorno de pánico, etc.
En resumen, hablamos de ansiedad patológica cuando anticipamos continuamente peligros, reelaboramos el miedo, sentimos que las cosas se escapan de nuestro control y el sufrimiento es intenso y duradero.
Inseguridad
La inseguridad es signo de la negatividad básica de la baja autoestima. Se centra en lo malo de la vida en vez de disfrutar de su parte positiva. Nos lleva a sentirnos ridículos, y ahí se fragua la zona de confort donde paradójicamente nos sentimos bien.
¿Cómo actúa? la inseguridad se sirve de la crítica a uno/a misma, quejándose de lo que somos o hacemos. El quid de la cuestión es que la crítica suele ser incorrecta o no constructiva, pero aún así no priorizamos nuestra autoestima. Elegimos creernos la voz del crítico interior que nos influye a la hora de tomar ciertas decisiones, a llevar a cabo o no ciertas acciones. La inseguridad recorta nuestras posibilidades de disfrute de la vida y limitando nuestro medio de influencia en el entorno.
Autoestima
La autoestima es vital para la supervivencia psicológica. Es una condición sine qua non emocional. Sin cierto nivel de autoestima, la vida puede resultar verdaderamente dificil, volviendo dificil la satisfacción de muchas necesidades básicas.
El juzgarnos y rechazarnos a nosotros mismos produce un gran sufrimiento. Con este rechazo a uno mismo se asumen menos riesgos sociales, personales o profesionales. Se tiene más dificultad para relacionarse con los demás, para hacer la entrevista de un puesto de trabajo, o para perseguir algo en lo que se corra el riesgo de fracasar. Uno bloquea su capacidad de abrirse a los demás, de expresar su sexualidad, de aceptar las críticas o de resolver problemas.
La terapia cognitivo conductual permite poner fin a los juicios sobre uno mismo. Articula la forma de sanar viejas heridas producidas por el agravio y el autorrechazo. La manera en que uno se percibe y siente a sí mismo puede cambiarse. Y cuando se modifican estas percepciones y sentimientos, el resultado se observará en todas las áreas de la persona, dando lugar a una creciente sensación de libertad.
Convivencia padres e hijos
En la vida diaria de cada familia se viven situaciones muy diversas. Se producen vínculos afectivos y personales fuertes que nos ofrecen confianza y sentimientos especiales. Pero también hay momentos de dificultades en que surgen emociones negativas que acarrean discusiones o conflictos y dificultan el entendimiento de unos con otros. Entonces, la convivencia se complica y se vuelve un reto para la familia.
Convertirse en padres conlleva la dificultad de educar y enseñar a nuestros hijos a regular sus emociones y aprender a convivir en familia.
Los problemas más frecuentes en esta área suelen ser:
- el manejo de las emociones propias en la relación con cada miembro de la familia, en especial los hijos, con sus distintas edades
- ser sensibles a sus emociones y guiarles a medida que transitan las distintas etapas de su desarrollo
- crear un ambiente familiar que favorezca la expresión y comunicación de los sentimientos
- saber ayudar a los hijos a que adquieran un buen manejo en situaciones de dificultad y de toma de decisiones sobre su futuro
Obsesiones
Las obsesiones son uno de los dos elementos fundamentales en el Trastorno Obsesivo Compulsivo, seguido de las compulsiones. El Tr. Obsesivo Compulsivo o TOC se encuadra dentro de los trastornos de ansiedad y está caracterizado por la presencia recurrente de obsesiones y/o compulsiones que interfieren en el desempeño adecuado y la adaptación de la persona.
Además de las obsesiones y compulsiones, suelen aparecer en los casos de TOC diversas conductas de evitación y/o escape de estímulos y situaciones que activan el malestar y las obsesiones asociadas.
La mejoría en estos casos aplicando un tratamiento adecuado, como la terapia cognitivo conductual, es notoria y duradera.
Insomnio
El tratamiento psicológico para el insomnio pretende restaurar la función automática del dormir (desactivación fisiológica y cognitiva) que se ha roto debido a diferentes condiciones precipitantes. Mediante una serie de técnicas basadas en el condicionamiento clásico y otras teorías y la intervención cognitiva se puede volver a recuperar el sueño normal.
Todas las personas a lo largo de su vida pueden tener insomnio, pero según la duración puede requerir intervención o no. Si se prolonga más de un mes se denomina insomnio crónico y requiere intervención específica. El insomnio puede producirse debido a enfermedades médicas, alteraciones del sueño, etc. Las causas más frecuentes de insomnio suelen ser una mala higiene de sueño (abuso de excitantes como café, etc), ansiedad, trastornos del estado de ánimo…
De todos modos, para descartar posibles causas lo mejor es acudir al médico en primer lugar, para determinar si un factor orgánico interfiere en el ciclo vigilia-sueño.
Dependencia emocional
Se ha definido la dependencia emocional como “un patrón persistente de necesidades emocionales insatisfechas que se intentan cubrir desadaptativamente con otras personas”.
El factor fundamental de este problema es que el dependiente emocional presenta una insatisfacción en su área afectiva que busca compensar depositando y centrando todo en sus relaciones de pareja.
Algunos términos que resumen causas y consecuencias de la dependencia emocional son: sensación de vacío. Pérdida de libertad. Incapacidad de dirigir la propia vida. Falta de identidad. Infelicidad. Evadir los problemas. Autoestima baja. Necesidad de agradar. Miedo a la soledad. Miedo a ser ignorado/a, a ser abandonado/a, a no ser digno/a. Síndrome de abstinencia. Adicción al amor, etc.
Fobia social
La mayoría de personas sentimos ansiedad e inseguridad al conocer gente nueva, pero una vez se rompe el hielo, esos encuentros se convierten en una experiencia agradable.
Por diferentes razones, en algunas personas persiste la ansiedad (y en elevado grado) en diferentes situaciones sociales. Cuando es limitante para la persona y adquiere conductas de evitación hablamos de fobia social, también incluido en los trastornos de ansiedad.
La ansiedad elevada termina produciendo señales físicas delatadoras (tipo sudor, temblor muscular, ponernos rojos, etc.) que todavía agrava más la sensación de vulnerabilidad en la situación social.
En la fobia social, la compañía en lugar de convertirse, -en un periodo de tiempo razonable-, en algo agradable se convierte en algo cada vez más desagradable. Finalmente, termina rechazando exponerse a situaciones sociales (dando lugar a conductas de evitación).
Estrés
El estrés se diferencia de la ansiedad en que es un estado intenso promovido por exigencias situacionales puntuales (un nuevo reto laboral, resolver cierto problema, etc). Si hay una persona que te agrede física o verbalmente en el entorno laboral por ejemplo, se pondrán en marcha los mecanismos de defensa de la agresión (búsqueda de soluciones, formas de defensa…).
Pero si ese estrés traspasa las lindes del entorno de trabajo (continúas en casa por ejemplo dándole vueltas al suceso, te aterra volver al día siguiente al trabajo, etc) entonces hablamos de ansiedad.
Ejemplos de situaciones estresantes son: estar desempleado, un despido, un examen, una enfermedad en la familia…
En definitiva, la ansiedad surge cuando el miedo persiste pese a haber solucionado el problema o cuando le otorgamos mayor importancia de la que le dan los demás.
Pánico
Las crisis de ansiedad son episodios de ansiedad aguda, con malestar intenso y sensaciones bruscas que alcanzan su máxima expresión en los primeros 10 minutos. La crisis de ansiedad aisladas son frecuentes en la población. Pero algunas veces, la persona se queda preocupada y con miedo a sufrir de nuevo otra crisis de pánico o sus sensaciones.
Si el miedo se consolida y condiciona las emociones y la conducta de la persona se considera que sufre un trastorno de pánico. En el trastorno de pánico se producen crisis de pánico o crisis de ansiedad con frecuencia repetida. Suele complicarse con la agorafobia.
Trastornos de alimentación:
En una sociedad que se rige por una cultura de la delgadez, favorecida por los medios de comunicación, es esperable que aumente la preocupación por la figura y la dieta. Pero cuando la preocupación es exagerada y se vuelve incapacitante para algunas personas hablamos de trastorno de alimentación. Las dos características esenciales son: la preocupación por el peso y la creencia sobrevalorada de adelgazar.
Bulimia nerviosa
La bulimia nerviosa se caracteriza por la presencia de atracones o episodios de voracidad. Éstos consisten en una ingesta de alimentos superior a lo normal en un corto periodo de tiempo y la sensación de pérdida de control sobre la ingesta.
Consta de dos elementos fundamentales: Por un lado, la presencia de episodios recurrentes de atracones. Por otro lado, llevar a cabo conductas compensatorias inadecuadas para prevenir el aumento de peso (vómitos autoinducidos; uso de laxantes, diuréticos…ayuno, realizar ejercicio excesivo…). La terapia cognitivo-conductual ha resultado ser muy eficaz para el tratamiento de la bulimia.
La psicoterapia individual puede ayudar siendo válida y eficaz
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