Confinamiento y coronavirus: ¿cuál es la mejor forma de vivir este período para nuestra salud mental?

Tener que aguantar psíquicamente durante esta prueba del confinamiento puede hacernos sentirnos desestabilizados.

El confinamiento contiene un riesgo psíquico

Al comienzo nuestra reacción colectiva con el virus fue de negación. Había gente en los parques y caminado por las calles … La negación es nuestra respuesta para sepultar el miedo. Instalamos la negación porque tememos lo que no controlamos.

Durante los últimos días, hemos sido separados de las rutinas que estructuraban nuestras vidas. Estamos sin nuestros vínculos habituales con los demás o con el trabajo. Estamos en guerra contra un enemigo invisible y microscópico; ¡qué frágiles somos! También estamos en riesgo psíquico: sabemos que el confinamiento puede conducir al aburrimiento, la frustración, la ansiedad, aumenta el riesgo de adicción … Ahora que estamos conectados con nuestra mortalidad, tengo la sensación de que nos hace mejores, ¿no?

Nuestra salud mental a prueba de virus

Todos hemos escuchado mensajes como: no entremos en pánico frente a la información y estadísticas. Aún así, da mucho miedo. Es deprimente. Estamos invitados a vivir este período como una oportunidad para nuestra salud mental. ¿Qué podemos aprender de nosotros mismos en este tiempo de confinamiento? ¿Y del otro ? ¿y de nuestra sociedad? ¿Cómo me encuentro en este período? ¿Cuáles son mis prioridades? ¿Cómo los expreso? Y el otro, los otros, con quienes vivo confinado/a a tiempo completo, ¿cómo los veo? ¿Los veo de manera diferente?

Es esencial hacernos preguntas constructivas para estimular nuestra psique durante este período; También debemos preservar nuestra cordura. Tenemos más tiempo, estamos confinados, nuestras relaciones se reducen a lo esencial. Tenemos más espacio en la cabeza para pensar. Así podemos serenarnos unos minutos cada día. Podemos reflexionar sobre las banalidades que dominaban nuestras vidas. ¿Para qué esta cultura de lo inmediato e instantáneo, que conduce a la destrucción del planeta? Podemos soñar, ahora estamos más cerca, en un mundo que la solidaridad sea un valor universal. Nos damos cuenta ahora de lo agradable que es aplaudir a los sanitarios -y otros sectores- todas las tardes a las 20h. Es posible otra manera de relacionarnos la raza humana. Este impulso ciudadano es, sin duda, un antidepresivo eficaz en este momento.

Restringidos y frágiles, pero llenos de valores para imaginar cambios e innovaciones para construir otro mundo. Comencemos ya haciendo lo que está a nuestro alcance: todos los días, toma tiempo para mirar a las personas que te rodean con cariño, observa los colores de la vida, deja espacio para tus emociones. Comunícate para reducir el aislamiento, crea grupos de apoyo, céntrate en el altruismo y la solidaridad más que en la ansiedad.

En las redes sociales, nos estamos ayudando a mantener nuestra salud mental durante este período de confinamiento, y es maravilloso, porque al compartir más nos encaminamos hacia un sentido colectivo.

Sin lugar a dudas, habrá un antes y un después de Covid-19. Estando unidos, nos volvemos más resistentes. Un cambio planetario se avecina.

Autora: Lucia Rodríguez Brines

Apasionada e investigadora de la mente humana. Respeto el sufrimiento humano y procuro ayudar a disminuirlo. Convencida, como psicóloga y como meditadora, de que.existe un proceso de evolución de la psique del ser humano. Cómplice del desarrollo de conciencia y valores humanos.

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